La resistencia iraquí ataca el Ministerio del Petróleo y dos hoteles de Bagdad
Granadas lanzadas desde un carromato alcanzaron varias plantas del Sheraton y el Palestina
Al menos una decena de cohetes alcanzaron ayer los hoteles Palestina y Sheraton y el Ministerio de Petróleo, en el centro de Bagdad. Con este triple ataque, los insurgentes iraquíes se apuntaron un tanto propagandístico. Sólo una persona resultó herida de gravedad, pero el mensaje estaba claro: la Operación Martillo de Hierro, que EE UU lleva a cabo desde hace dos semanas en la capital, no amilana a los rebeldes. Los objetivos tal vez fueran "militarmente insignificantes", como dijo un portavoz de la Coalición; sin embargo, tienen un gran valor simbólico.
De nada sirvieron las alambradas de espino, los altos muros de hormigón y los tres controles de seguridad que en los últimos meses han crecido alrededor de los dos hoteles más famosos de Bagdad. Un carro tirado por un burro, de los que utilizan los vendedores de bombonas de gas, sirvió de soporte al lanzacohetes. El vehículo es tan habitual en las calles de la capital iraquí que los atacantes se permitieron aparcarlo enfrente de la comisaría de policía de la avenida de Saadún, a apenas cien metros del recinto de los hoteles. Faltaban unos minutos para las siete y media de la mañana cuando dos fuertes explosiones despertaron a muchos de los huéspedes y sacudieron a quienes se hallaban en el aparcamiento.
Antes de que militares estadounidenses y policías iraquíes hubieran terminado de bloquear las calles aledañas, se oía una nueva tanda de explosiones algo más al este. Dos proyectiles similares alcanzaban el edificio del Ministerio de Petróleo, el único inmueble oficial que no fue saqueado tras la caída del régimen de Sadam. La protección que entonces le proporcionaron los soldados norteamericanos se ha mantenido hasta hoy, cuando además alberga a los funcionarios de Comercio, Derechos Humanos y Recursos Hidráulicos, cuyas oficinas fueron arrasadas. También en este caso los cohetes procedían de un carro tirado por un burro.
Al ser viernes, el día de descanso semanal en Irak, el ministerio se encontraba cerrado. Sólo causó un pequeño incendio en la cuarta planta, que fue apagado enseguida. El único herido grave se produjo en el Palestina. Un empleado de la empresa de seguridad y logística KBR (Kellog Brown Root), subsidiaria del gigante estadounidense Halliburton, fue sacado del hotel en camilla sangrando por la cabeza. KBR tiene reservadas la planta 14 del Palestina y la 11 del Sheraton, cerradas al resto de los clientes y con vigilancia propia.
En la fachada del Palestina se apreciaban hasta cinco impactos, distribuidos en las plantas 8ª, 15ª y 16ª. En el Sheraton, resultó alcanzado un balcón de la planta 16ª y uno de los ascensores panorámicos a la altura de la 18ª. En ambos establecimientos hay alojados periodistas españoles. Todos resultaron ilesos, según confirmó la Embajada española. El encargado de negocios en funciones, Pablo Rupérez, hizo una ronda de llamadas nada más tener noticia del incidente. También en el Palestina se hallaba una delegación oficial surcoreana.
"Ha sido un ataque muy similar al de hace un mes contra el hotel Al Rachid", declaró el coronel Peter Mansur, de la Primera División Acorazada. "Han empleado el mismo tipo de tecnología", añadió. El 26 de octubre, los insurgentes utilizaron un contenedor azul similar a los que albergan los numerosos generadores que salpican la ciudad. En el Al Rachid, tomado por las fuerzas norteamericanas y dentro del perímetro de seguridad conocido como zona verde, se alojaba el secretario adjunto de Defensa de EE UU, Paul Wolfowitz.
Burros con cohetes
Nada más localizar los carros desde los que se lanzaron los cohetes ayer, las tropas de EE UU y la policía iraquí se pusieron a buscar más. Otros dos lanzacohetes se hallaron cerca de la Embajada de Italia y de la Academia de Bellas Artes, ambas al norte de Bagdad.
Estos ataques coinciden con el anuncio el jueves, por parte del general Martin Dempsey, de que las agresiones a sus tropas han disminuido un 70% desde que hace dos semanas lanzaron la Operación Martillo de Hierro. Dempsey, cuya Primera División Blindada es responsable de la seguridad de la capital, no mencionó que desde entonces se han incrementado los ataques contra objetivos civiles, sin duda mucho más fáciles.
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