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China y EE UU abren una nueva guerra comercial en el sector textil

El país asiático se opone a que Washington imponga cuotas

China rechazó ayer con contundencia los planes de Estados Unidos de imponer cuotas a la importación de textiles. Pekín advirtió de las consecuencias de esta nueva guerra comercial y amenazó con elevar la disputa a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Esa decisión "va contra los principios de libre comercio, transparencia y no discriminación de la OMC", dijo Chong Quan, portavoz del Ministerio de Comercio.

La airada reacción de Pekín se ha producido como consecuencia del anuncio por parte de Washington, el pasado martes, de que va a imponer limitaciones a la entrada de determinados textiles procedentes de China como vestidos, batas, sujetadores y tejidos. La industria textil emplea a más de 15 millones de personas en China.

Algunas compañías y funcionarios estadounidenses consideran que el país asiático es en buena parte culpable de los más de 316.000 puestos de trabajo que ha perdido el sector desde principios de 2001. Y han presionado a la Administración de George W. Bush para que tome medidas.

Las salvaguardias van destinadas a limitar el crecimiento de las importaciones a un 7,5% anual. Según las autoridades comerciales americanas, forman parte de los condicionantes asumidos por China cuando accedió a la OMC en diciembre de 2001. El Ministerio de Comercio chino, sin embargo, rechazó ayer esta tesis y dijo que no encaja en las disposiciones que permiten a los miembros de la organización imponer temporalmente cuotas en caso de que las importaciones causen alteraciones en el mercado. Chong aseguró que la industria textil estadounidense no ha logrado demostrar que los problemas que sufre se deban a la llegada de productos chinos.

El yuan, infravalorado

Los fabricantes americanos argumentan que Pekín está bombeando sus exportaciones gracias a que mantiene su moneda artificialmente infravalorada. El yuan, o renminbi, está ligado al dólar a un cambio de 8,3 a uno. Aseguran que desde 2001 las ventas chinas de algunos de estos textiles se han multiplicado por 10. Sus competidores asiáticos responden que las compras de textiles americanos han crecido un 148% sólo en los siete primeros meses de este año, hasta 787 millones de dólares.

La medida proteccionista de Washington -que afectará a menos del 5% de los envíos textiles chinos a Estados Unidos y duraría un año a partir de su entrada en vigor- tiene importancia política. Bush se enfrenta en 2004 a elecciones presidenciales y el abultado déficit comercial con Pekín se ha convertido en un tema de intenso debate. El año pasado el déficit fue de 103.000 millones de dólares y este ejercicio se prevé que alcance 120.000 millones.

Los primeros efectos del anuncio ya se han producido. Varias misiones comerciales chinas que tenían previsto viajar en las próximas semanas a Estados Unidos para realizar cuantiosas compras han sido suspendidas.

El enfrentamiento supone un nuevo paso en las tensiones comerciales que viven los dos socios desde hace meses y que habían sido suavizadas con el reciente compromiso de Pekín de intensificar la compra de productos en Estados Unidos para reducir el déficit comercial. La semana pasada, la primera delegación china firmó pedidos en los sectores del automóvil, motores aeronáuticos y aviones valorados en 6.000 millones de dólares.

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