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Courtemanche novela el genocidio de Ruanda

Jacinto Antón

El corazón de las tinieblas es una piscina. En torno a la piscina del hotel de las Mil Colinas, en el centro de Kigali, durante los días del genocidio en Ruanda, bajo la sombra del sida y los machetes de los interhamwes, los bárbaros milicianos, se mueven los protagonistas del terrible relato -y sin embargo, a la vez, una conmovedora historia de amor- que ha trenzado con materiales de ficción y de periodismo Gil Courtemanche (Montreal, 1943). Un domingo en la piscina en Kigali (Emecé y La Magrana, en catalán) es la primera novela del autor y pronto llegará al cine.

La novela narra 100 días en la vida de un desengañado y escéptico periodista canadiense en Kigali que traba contacto con personajes diversos de la sociedad ruandesa y se enamora de una hermosa camarera a la que condena su apariencia de tutsi. La historia culmina con el desencadenamiento de las matanzas de abril de 1994.

¿Hasta qué punto los personajes de la novela son reales? "Tomé a gente a la que había conocido y que había muerto y me puse a imaginar, basándome en la investigación periodística, qué podía haberles pasado en los últimos meses antes del genocidio", dice el escritor, que ha estado en Barcelona. "Los personajes, pues, son verídicos, aunque el desarrollo exacto de sus vidas, no". Un domingo en la piscina en Kigali es una novela desoladora recorrida por un hondo lirismo. "Lo que me chocó más de las historias sobre Ruanda fue que hablaban de sucesos y no de personas. Yo empecé a fijarme en las personas y, para mi sorpresa, descubrí que incluso en los peores momentos la gente se enamora, se casa, tiene hijos; los amores son más intensos porque se viven como si fuera el último". Cuando Courtemanche llegó a Ruanda "fue por un trabajo acerca del sida; el sida era omnipresente en la existencia de los ruandeses; he tratado de reflejar en la novela ese mundo y algo que me parece muy propio de África: el empedernido deseo de durar. Para ellos es como si la vida volviera a recomenzar cada día".

Una piscina en el infierno

La novela es muy conradiana en su tenebrosa visión de los occidentales corruptos. "Está Conrad, pero también Green: en Los comediantes hay una piscina, ¿recuerda? Siempre hay una piscina en los hoteles de los lugares en que se desencadena el infierno. En Addis Abeba había militares soviéticos haciendo gimnasia en torno a la piscina del hotel cuando volvíamos de los campos de refugiados".

El escritor recalca lo que tuvo de premeditado el genocidio ruandés: "No fue la obra de unos locos. Planificaron librarse de los tutsis como los nazis de los judíos. Si hubieran tenido cámaras de gas en Ruanda, no hubieran usado machetes". La novela, pese a sus escalofriantes escenas de violaciones y mutilaciones, tiene una gran carga de sensualidad. "El abandono amoroso representa bien la grandeza de la humanidad y se contrapone al horror. El amor transforma a los seres ordinarios en seres luminosos".

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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