Al volante de un híbrido

Qué decepción: no se nota nada especial al volante de un coche híbrido. Qué impresión: este vehículo que surca la autopista Clara Barton, en los alrededores de Washington, envía un 90% menos de contaminación a las hojas amarillas, castañas y rojas de los árboles que le ven pasar y que regalan el espectáculo de cada otoño en la capital estadounidense. "Yo tardo unos treinta minutos cada mañana en ir a mi oficina, y cuando voy conduciendo, me siento un poco mejor que todas las personas que veo metidas en sus coches, porque yo sé que no estoy contaminando el medio ambiente como ellos. Algo sí estoy contaminando, pero mucho menos que el resto". Desde el asiento del acompañante, Marcy Kelly, propietaria del vehículo, no se corta al describir el sentimiento que le produce conducir su automóvil: "Sí, claro; es un sentimiento de superioridad. ¿Por qué no?".

Cuando frenas, recargas la batería; al acelerar, utilizas la gasolina

Marcy Kelly comparte ese sentimiento con cerca de 100.000 conductores en EE UU, que han cambiado al coche verde. El coche eléctrico ha muerto sin llegar a nacer; el coche de gasolina aún reina; ¿el coche del futuro es el híbrido? Dos marcas japonesas, Toyota y Honda, comercializan en la actualidad tres tipos de vehículos híbridos, que son automóviles con motores impulsados por electricidad y gasolina. Pero los grandes del automóvil (Ford, General Motors, Daimler-Crhysler), que junto con los japoneses han cancelado sus programas de vehículos eléctricos, tienen previsto a corto plazo sacar al mercado modelos de motor híbrido. Quizá algún día no muy lejano podrá reducirse el consumo de 20 millones de barriles de petróleo diarios en EE UU.

Los planes de producción masiva de vehículos híbridos son prudentes, porque los costes aún son relativamente altos y la tecnología, ya muy avanzada, todavía evoluciona. Según los cálculos de la empresa consultora de consumo J. D. Power, de aquí a 2008 se venderán en EE UU 350.000 vehículos híbridos. A un experto le parece demasiado prudente: "Las cifras son ahora modestas, pero estamos hablando de un nuevo mercado en un sector de enorme fuerza como es el del automóvil en EE UU. Se venden muchos coches aquí , cada familia tiene dos coches, tres... Y cada vez hay más gente que se plantea que tiene que hacer algo para disminuir la contaminación. Si se facilita a esa gente un motor que, sin restarle las prestaciones de los otros vehículos, esté más en sintonía con la inquietud sobre el aire limpio, la conservación de la naturaleza... ése es el nuevo mercado".

Gregory Sherrard consiguió ser en 2002 el vendedor número uno de híbridos de Toyota en EE UU. Cree que han pasado tres años de tanteo a cargo de minorías y que ahora debe empezar el despegue: "Primero son los pioneros o algunos intrigados por la tecnología; esa gente llega a círculos un poco más amplios de seguidores; y luego viene el gran salto, en el que lo que era minoritario llega a todo el mundo. Yo creo que en este momento el Prius está empezando a llegar a todo el mundo".

El Prius es el modelo de híbrido de Toyota. Una de las cosas que más le gustan de él a Marcy Kelly, de 48 años, es la pantalla situada en el salpicadero. "Aquí se ve todo: las millas que hago con gasolina, las que hago sólo con la batería, cuándo está combinando las dos, cuánto gasta... Mira, por ejemplo, ahí pone que lo llené hace 89 millas, y me dice que estamos en un consumo de 46,4 millas por galón, bastante bien. Y aquí me dice que en este momento estamos marchando sólo con la batería. ¿Ves? Acabas de frenar, y cuando frenas, vas recargando la batería. Acelera. Ahora, como vas más deprisa, por encima de 30 millas por hora, el coche empieza a utilizar gasolina". Marcy, que conduce su coche desde hace dos meses, llena un depósito de 45,36 litros y con esa gasolina recorre unos 800 kilómetros: "Me ha costado acostumbrarme; cuando pasaban 10 días, pensaba: tengo que llenar el depósito, ¡y resulta que estaba por la mitad!".

Según los datos del tercer informe anual de J. D. Power sobre el mercado de híbridos, los fabricantes más importantes del sector están preparando la introducción de una docena de nuevos modelos de coches con motor híbrido en los dos próximos años. En 2008, las mismas fuentes calculan que habrá 28 modelos -10 de coches y 18 de camionetas y todoterrenos- circulando: "Las ventas deberían incrementarse enormemente cuando haya más vehículos accesibles en toda la gama, pero eso no va a ser mañana mismo", afirma en el informe Walter McManus, director de predicciones globales de J. D. Power.

Cuando los consumidores tengan a su alcance -sin penalizaciones en el precio- todas las gamas de automóviles híbridos para elegir, incluidos los grandes vehículos todo terreno, para ir a buscar a los niños al colegio o para hacer la compra, habrá espacio para otras sensibilidades: "La gente tiene que entender la fragilidad del medio ambiente y ver lo que está pasando con la capa de ozono y con el monóxido de carbono para tomar conciencia de que uno puede hacer algo. ¿Es poca cosa que mi coche use la mitad de la gasolina que los demás? Sí, es poco, pero es algo. Si hubiera una ley que obligara a que todos los coches tuvieran este sistema, claro que habría cambios".

Hasta el momento hay solamente ventajas fiscales, ahorro en el combustible y, para aquellos que disfrutan conduciendo en verde, una satisfacción más complicada de medir, pero que puede hacer más agradable el viaje diario de ida y vuelta a la oficina, como le ocurre a Marcy Kelly: "Me siento bien con este coche, me siento limpia de conciencia. Estoy mejorando un poco el universo. Hombre, quizá sería mejor un caballo, pero ¡no voy a ir a caballo a la oficina!".