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El número de escritores en prisión aumenta el 20% desde los atentados del 11 de septiembre

30 autores catalanes se encierran en una jaula para pedir la libertad de Alí Lmrabet

Un total de 775 escritores permanecen en prisión en todo el mundo. Su delito es hacer un uso libre de la palabra. A ellos se dedicó ayer el Día Internacional del Escritor en Prisión, en el que el Pen Club Catalán ofreció las primeras conclusiones de un informe sobre la persecución de la libertad de expresión en el mundo. Según esta organización, el número de escritores encarcelados ha aumentado el 20% desde los atentados del 11 de septiembre. Treinta escritores y periodistas se encerraron en una jaula instalada ayer en La Rambla para exigir la liberación del periodista marroquí Alí Lmrabet.

El informe, que se hará público el 24 de noviembre en México, durante el congreso internacional del Pen, cifra en 775 los escritores que se encuentran en prisión, el 20% más que antes del atentado contra las Torres Gemelas. Los miembros del Pen Club achacan esta situación a las leyes antiterroristas aprobadas en más de 40 países, las cuales han comportado, dicen, un recorte considerable de la libertad de prensa. La sección catalana del Pen, responsable del análisis de la situación en España, denuncia el caso del diario en euskera Egunkaria, que el juez Del Olomo ordenó cerrar el pasado febrero por supuesta relación con ETA. Aunque este informe sólo hace referencia a la situación de periodistas y escritores encarcelados, el Pen Club catalán se denunció también la persecución que sufren periodistas y escritores vascos amenazados por la banda terrorista.

Una jaula de un metro cuadrado instalada en La Rambla servía ayer de instrumento de protesta ante esta situación. Biel Mesquida, Màrius Serra, Alfred Bosch, Julià de Jódar, Maria Barbal, Martxelo Otamendi, Empar Moliner, Manel Guerrero, Narcís Comadira, Carles Flavià y Manel Fuentes, entre otros, se encerraron en esta diminuta cárcel de madera para leer desde ella fragmentos de la obra de autores que han pasado por la cárcel. "Si hay algo insostenible es que no se pueda usar con libertad la palabra", explicó Serra tras salir de esta jaula. Fuentes y Flavià, que entraron juntos en la prisión de La Rambla, leyeron un texto de Alí Lmrabet, periodista marroquí condenado a cuatro años de prisión por ultrajar al rey Mohamed VI. "Es importante que la opinión pública muestre su indignación ante estos comportamientos dictatoriales. El principal problema de Lmrabet es que no está reconocido como un preso de conciencia", dijo Laura Feliu, pareja del periodista marroquí. Librerías y bibliotecas catalanas se unieron a la jornada colocando en sus escaparates el cartel diseñado para la ocasión por Antoni Tàpies. Ayer también se festejó la puesta en libertad, el pasado jueves, del cubano Bernardo Arévalo Padrón, al que la dictadura de Castro encerró y silenció durante seis años.

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