El Foro Social Europeo se reúne en París para reclamar otra Europa
Polémica por la participación del teólogo islamista Tarik Ramadan
A partir de esta noche, y hasta el sábado, París y otras tres ciudades de su antiguo cinturón rojo acogerán a decenas de millares de participantes del Foro Social Europeo, convocado por grupos antiglobalización como Attac, el Movimiento contra el Racismo y otras entidades no gubernamentales. Los organizadores quieren denunciar la "Europa neoliberal", pero una polémica de tipo religioso se mezcla con ese objetivo a cuento de la participación prevista del intelectual islamista Tarik Ramadán, vinculado a los Hermanos Musulmanes egipcios.
Todo comenzó con la difusión por Internet de un texto rechazado por varios diarios. Ramadán, su autor, es un profesor de filosofía suizo que seduce a la juventud musulmana europea. En ese artículo cuestionaba a intelectuales judíos, "cada vez más orientados por una preocupación comunitarista", que, según él, les lleva a defender ciegamente al Estado de Israel. Inmediatamente fue acusado de antisemita por André Glucksmann, y el escritor Bernard-Henri Lévy pidió a los grupos antiglobalización que rompan con Ramadán y le impidan asistir al Foro, donde está previsto que hable sobre "Antisemitismo e islamofobia". El grupo Attac no ha aceptado tal sugerencia, aunque reconoce que la prosa de Ramadán "obedece al mismo proceso comunitarista" que éste atribuye a los demás. Los organizadores consideran la polémica como un intento de ocultar el problema de la cuestión neoliberal.
Segunda conquista
Así, la politóloga Susan George, vicepresidenta de Attac, enfatiza que la Comisión conduce a la Unión Europea "por la dirección equivocada, haciéndole abrazar el modelo norteamericano". El director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, y el periodista Ramón Chao denuncian una segunda fase de conquista en el mundo, esta vez a cargo de "las empresas y conglomerados industriales y financieros privados", que sustituyen a las colonizaciones de los Estados practicadas en el pasado, según sostienen en el libro Abecedario parcial de la mundialización, que publican con motivo del Foro Social Europeo.
Cinco gimnasios de la región de París y otros muchos locales han sido habilitados para acoger a los participantes, atraídos por una heterogeneidad de organizaciones (se citan hasta 1.500) que no permiten ver claramente en qué dirección se orientará el movimiento.
Con excepción de la extrema derecha, los partidos políticos franceses se muestran pendientes de una manifestación que atrae sobre todo a gente joven. El propio presidente, Jacques Chirac, ha creado un grupo de trabajo con el encargo de alumbrar una posibilidad de financiación de los países más endeudados, tratando de superar el bloqueo de los debates sobre la tasación de las transacciones internacionales (la fórmula conocida como tasa Tobin). El Gobierno francés contribuye a financiar el Foro Social Europeo con 500.000 euros, según informa el diario Le Monde, aunque la subvención más importante procede del Ayuntamiento de París, de mayoría de izquierda, que ha destinado un millón de euros.
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