España obtiene buenas notas en América Latina
Sólo las inversiones se contemplan con recelo, según la encuesta Latinobarómetro 2003
Ni arrogantes imperialistas ni pueblo hermanado por una misma cultura. La opinión de los latinoamericanos sobre España es buena, en general -excepto en el tema de las inversiones, en el que prima la visión negativa-, aunque la proximidad cultural no hace que su valoración destaque por encima de la de países tan dispares como Estados Unidos o Japón. Ésta es la conclusión que se puede extraer de las preguntas referidas a España del Latinobarómetro 2003.
El Latinobarómetro, instrumento de opinión que se realiza con encuestas desde 1995, incluía este año, por primera vez y por encargo del centro de estudios español Real Instituto Elcano, varias preguntas sobre la imagen que se tiene de España, tanto en general como en el aspecto cultural, en el de las relaciones bilaterales o en el económico. Se realizaron 18.668 encuestas en 17 países de América Latina (no se hizo en Cuba), cuya opinión representa a una población de 480 millones de personas, y con un margen de error de entre 2,8 y 4,1 puntos por país.
Un 59% de los encuestados tiene una opinión buena o muy buena de España. Las cifras son similares cuando se pregunta sobre las relaciones bilaterales (el 60% cree que son buenas o muy buenas) o sobre la importancia de las relaciones comerciales con España para el desarrollo económico del país del entrevistado (para un 59%, son bastante o muy importantes).
Sin embargo, el terreno de las inversiones suscita una clara división. El 37% de los encuestados cree que "la inversión de capitales españoles" ha sido poco o nada beneficiosa, frente al 30% que cree que ha sido bastante o muy beneficiosa, y un 26% que no se pronuncia. No es casual que sean los principales receptores de inversiones españolas los más críticos con las mismas. Argentina, Brasil, Chile y México absorbieron más del 85% de la inversión española directa en América Latina entre 1992 y 2001 (69.586 millones de euros, según La inversión española directa en América Latina: retos y oportunidades, de William Chislett). En los cuatro países, son más los que piensan que estas inversiones han sido negativas que positivas.
El predominio español en empresas de servicios públicos (gas, electricidad, agua, telecomunicaciones) que fueron de propiedad estatal, al hilo del proceso de privatizaciones de los noventa, "las hace un objetivo fácil del descontento social en momentos de crisis económica", afirma Chislett en su libro. Coincide la directora de Latinobarómetro, la chilena Marta Lagos, al señalar que las empresas españolas han sido usadas como chivos expiatorios de crisis locales. Sólo el 22% de los entrevistados son favorables a los procesos privatizadores. Una de cada cinco personas dice estar más satisfecha con los servicios privatizados, mientras que el 77% declara estar menos satisfecho que antes.
Pero no es la única explicación. "No es una actitud especial hacia las inversiones españolas, sino hacia las extranjeras en su conjunto, hay una desconfianza hacia el proceso inversor", afirma Emilio Lamo de Espinosa, director del Real Instituto Elcano y sociólogo. "En general, hay una cultura antimercado, antiliberalismo; todas las grandes empresas, y en especial las multinacionales, se perciben con rechazo", añade.
Otra razón, según Lagos, que explica el resultado de Argentina -la que peor evalúa las inversiones españolas- es la "retórica" del presidente Néstor Kirchner, que "ha calado en el fondo populista, muy fuerte", que hay en el país. Kirchner acusó en Madrid, en julio pasado -el mes previo a las encuestas-, a los empresarios españoles de enriquecerse aprovechando sus fuertes inversiones.
La valoración sube hasta el 72% cuando se pregunta si los encuestados están orgullosos "de la cultura hispana y el español". Los más entusiastas son Costa Rica (85%), Paraguay (83%) y, sorprendentemente, México (82%), pese a que éste "construya su identidad en lo antiespañol", dice Lamo de Espinosa. También es curioso el resultado de Brasil, con un 73%.
Sin embargo, este orgullo latino no se refleja cuando se compara a España con otros países. Así, la valoración general de España (59%) es superada por la de Estados Unidos (60%) -aunque este país cuente con una evaluación negativa muy superior, del 31%-, y apenas destaca sobre Japón (58%). "Es como lo del vaso medio lleno o medio vacío", afirma Lamo de Espinosa. "En Latinoamérica sorprende la buena imagen que ha obtenido España, mientras que a nosotros nos gustaría una imagen claramente mejor", añade. Para ello, "hay que mejorar las estrategias de comunicación, de forma coordinada entre las empresas españolas y el Estado", recomienda.
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