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Rajoy ve "conciliable" prometer menos impuestos y subirlos un 24% en Madrid

El líder del PP respalda la "autonomía municipal" de Gallardón frente a las críticas de Rato

Mariano Rajoy, líder del PP, se enfrentaba ayer a un desafío. El martes, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, le había reclamado públicamente su respaldo con la amenaza de que, de no tenerlo, dejaría la alcaldía. Lo intentó resolver con ambigüedad: dijo que es "perfectamente conciliable" la política del PP de "continuar bajando los impuestos" con la decisión del alcalde, "que puede venir exigida por las circunstancias". Esa decisión supone elevar el principal impuesto municipal, el IBI, una media del 24%. Rajoy aseguró que ese círculo cuadra sólo con que el alcalde de Madrid "lo explique".

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El desafío que Ruiz-Gallardón lanzó el martes a Rajoy se produce en un momento muy significativo para el PP. El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha dejado todas las tareas del partido en manos de su sucesor: no ha vuelto a pisar la sede desde el 1 de septiembre y ni siquiera participa en las reuniones semanales para preparar la estrategia. Y Rajoy quiere empezar "el nuevo curso político" en enero, es decir, después de que se disuelvan las Cortes. En este interin, hay dos elementos que dirigentes del PP ven con preocupación: la escasez de mensajes-fuerza de su líder y la impresión de que hay varios -no sólo los tres vicesecretarios sino también, esta semana, Alberto Ruiz-Gallardón- que actúan con una independencia que no mostraban cuando Aznar tenía las riendas del partido. Además, en estos últimos meses del año, Rajoy está conformando su equipo. Y queda por ver cómo quedarán situados en ese futuro equipo sus más directos rivales en lo que fue la carrera de la sucesión. Por ejemplo, ha empezado a escucharse la posibilidad de que Ruiz-Gallardón pudiera ir como número dos de Rajoy en la lista de las elecciones generales.

Es en este contexto donde se produjo el lunes la dura andanada de Rodrigo Rato contra Ruiz-Gallardón, que, por cierto, ha sido muy aplaudida dentro del PP, pero que ayer Rajoy desautorizó.

"Creo que es perfectamente conciliable nuestra política de continuar bajando los impuestos con las decisiones que se tomen en el marco de la autonomía municipal", respondió Rajoy en una entrevista en Tele-5. Y justificó subir impuestos cuando se promete, como regla del PP, bajarlos, porque "en ocasiones pueden venir exigidos por circunstancias". Para Madrid, tales circunstancias serían, según Rajoy, "la apuesta que se está haciendo por competir en 2005 por los Juegos Olímpicos, que exige un incremento de la inversión".

Con cuatro palabras: subir y bajar impuestos es "conciliable" si hay "circunstancias" que lo amparen, está en el "programa" y es parte de la "autonomía" de cada administración, Rajoy respaldó ayer a Gallardón frente a las críticas de Rato. El lunes, el vicepresidente elogió el "más por menos" de José María Álvarez del Manzano y dijo que subir impuestos "no es el camino de resolver los problemas ni de presente ni de futuro".

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El alcalde de Madrid respondió el martes con la amenaza de irse si no le respaldaba el secretario general del PP. Éste fue su reto: "Bastaría una sola manifestación por parte de quien tiene capacidad de hacerlo, que es el secretario general de mi partido, de discrepancia con las medidas que estamos adoptando para que yo no siguiese adelante con un proyecto que es el que está en el programa electoral".

Rajoy replicó ayer: "Lo que tiene que hacer el señor Ruiz-Gallardón es, después de tomar la decisión que, insisto, estaba en su programa electoral, explicársela a los ciudadanos porque la toma dentro del margen que autonomías y ayuntamientos tienen dentro de los programas que siempre presenta el PP. Es una decisión que toma en el ejercicio de sus competencias y de acuerdo con su programa electoral que presentó al conjunto de los ciudadanos de Madrid".

La reclamación de explicaciones fue esgrimida hace una semana por Aznar, también la enarboló Rato el lunes, y ayer la reiteraron distintos dirigentes populares. Esa explicación tuvo el martes, en el pleno del Ayuntamiento, cuatro horas de debate. Gallardón y su concejal de Hacienda, Juan Bravo, han dado varias entrevistas con ese objetivo. Pero el programa electoral, en su página 297, explicaba con escasa claridad la subida: "Se utilizará la capacidad normativa en materia de bonificaciones atendiéndose al principio de suficiencia para tener en cuenta la capacidad económica indicada por el valor catastral del inmueble, limitar la carga impositiva para las familias numerosas y favorecer el acceso a la vivienda".

Nadie, durante la campaña, se percató de que esa frase implicaba una subida de impuestos. Ni de que la capacidad normativa en materia de bonificaciones la había utilizado el anterior alcalde, Álvarez del Manzano, para evitar el impacto de la revisión al alza de los valores catastrales. Gallardón reduce ahora esas bonificaciones a la mínima expresión: de ahí surge la subida del 24% del IBI.

Sí fue más claro el compromiso de Gallardón de gravar los pisos vacíos para incentivar que sus propietarios los alquilen y que así baje el precio de la vivienda. Pero ésa fue una promesa general del PP el 25 de mayo. El problema es que la ley que permite ese gravamen necesita un desarrollo reglamentario que defina qué es una vivienda vacía. Eso no se hará en esta legislatura, a punto de acabar, y es, según Hacienda, muy complejo.

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