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Schröder busca apoyo de Aznar para su plan de defensa europea

El presidente español insiste en mantener los equilibrios de poder acordados en Niza

Lograr un apoyo diáfano de José María Aznar al proyecto franco-alemán de defensa europea, que desde el 21 de septiembre cuenta también con el beneplácito del Reino Unido, parece el principal objetivo del canciller alemán, Gerhard Schröder, en la 18º cumbre hispano-germana iniciada anoche en Berlín. El presidente del Gobierno tiene, sin embargo, suficientes reservas como para prolongar el debate con Alemania sobre esta materia.

De su lado, José María Aznar reiterará la demanda de que la nueva Constitución europea mantenga los equilibrios de poder acordados en Niza.

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La decisión comunitaria de sancionar o no a Francia y Alemania por haber superado el 3% de déficit público fijado como límite en el Pacto de Estabilidad, algo sobre lo que los ministros de Economía de los Quince tendrán que pronunciarse en las próximas dos semanas, es otro de los temas calientes de este encuentro. A Aznar, uno de los más firmes defensores de la disciplina financiera, se le va a pedir, obviamente, que anticipe su posición al respecto.

Y sin embargo, las conversaciones entre los dos líderes comenzaron anoche en un ambiente marcadamente social y cultural, que no daba pie para abordar las asperezas de la política. Consciente de que la relación personal con el líder español no le resulta fácil, Schröder invitó a cenar a su huésped en el estudio de Marcus Lupertz, un pintor veterano y colorista amigo del líder alemán, para el que ha decorado el comedor de la Cancillería. Lüpertz une a sus habilidades pictóricas un pasado de futbolista profesional, lo que podía facilitar que, si la conversación decaía sobre la estética, pudiera derivar hacia el campo de la atlética, predilecto de Aznar.

El canciller reiteró así su voluntad de esforzarse por superar cuatro años de desencuentros y diez meses de crisis total, alentada por diferencias sobre Irak y el futuro de Europa, que ya expresó el pasado 1 de octubre, cuando recibió también informalmente a Aznar en su domicilio con un partido de fútbol en el televisor y unas cervezas. Como ha ocurrido a lo largo de todo el proceso, un portavoz del Gobierno alemán afirmó ayer que "la relación personal [entre los dos líderes] es muy cordial, pese a lo que alguno se creen obligados a comentar".

Mientras Aznar y Schröder se entretenían con el célebre Lüpertz, sus ministros mantuvieron cenas de trabajo. Y no fueron pocas. Participan en esta edición de la gran cumbre anual entre los dos países los titulares de Exteriores, Defensa, Economía, Fomento, Interior, Justicia y Ciencia y Tecnología, además de los secretarios de Estado de Energía.

Ana Palacio y su homólogo, Joschka Fisher, debatieron el compromiso alemán con la reconstrucción de Irak, que Schröder no ve posible ampliar, dada la evolución negativa del conflicto, más allá de la ayuda humanitaria que presta actualmente. La coincidencia de los puntos de vista hispanos y germanos sobre la necesidad de potenciar las relaciones con Siria e Irán y de buscar una solución para el conflicto de Oriente Próximo ofrece, sin embargo, un campo en el que la parte alemana pretender profundizar por encima de otras divergencias.

Del mismo modo, el ministro alemán de Defensa, Peter Struck, llevaba a la mesa de Federico Trillo propuestas industriales concretas, para la incorporación de España al proyecto de helicóptero Tigre o a la dotación de misiles del Avión de Combate Europeo (Eurofighter), ante la previsible respuesta de que el Gobierno de Aznar no está en disposición de tomar una posición firme sobre un proyecto estratégico de defensa europea a pocos meses de las próximas elecciones generales.

El presidente se ha mostrado abierto hacia la propuesta franco-alemana, pero insiste en que hay que dejar más claro que no es alternativa a la OTAN, algo que los mentores del proyecto consideran superfluo. Por lo demás, no pone ningún reparo a la creación de una agencia europea para unificar la producción y consumo de armamento, tema en el que pretenden avanzar los alemanes.

Justicia e Interior son los campos en los que hay más acuerdo entre los dos países. España plantea una colaboración policial avanzada, como la pretende con Francia, con la posibilidad de que agentes de un país trabajen plenamente en el otro, y pide el apoyo de Alemania para que la UE financie solidariamente el coste de repatriación de inmigrantes, particularmente cuantioso para el Gobierno español.

Francisco Álvarez Cascos presentó las quejas españolas por el proyecto de tasa europea sobre el transporte por carretera a su colega, Manfred Stolpe. A Rodrigo Rato le tocó lidiar con el Pacto de Estabilidad, mientras su colega, Wolfgang Clement, le explicaba con detalle las ventajas del plan Europa 2010, para fomentar el crecimiento en el continente.

Un portavoz alemán, afirmó ayer que Berlín no utilizará el reparto de ese plan para que España acepte el borrador de Constitución propuesto por la Convención. Sobre ese debate, y el reparto de votos en el Consejo Europeo, no se esperan novedades hasta la cumbre europea de diciembre, cuando la negociación habrá agotado todos los plazos.

El canciller Gerhard Shröder, subiendo ayer a un Eurofighter de la Fuerza Aérea alemana en la base de Laage.
El canciller Gerhard Shröder, subiendo ayer a un Eurofighter de la Fuerza Aérea alemana en la base de Laage.EFE

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