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Concepción: "Antes de tomar posesión vendí las acciones, mi sentido de la ética me llevó a separarme"

El 29 de octubre de 1999 saltó el Caso Inscanner. El registro mercantil indicaba que los hijos del diputado popular Luis Concepción eran titulares de un tercio de las acciones de Inscanner, empresa que desde mediados de 1994 tenía la concesión por parte de Sanidad de las resonancias magnéticas de la red pública en la provincia de Valencia, por lo que había obtenido millones de euros, especialmente, durante la primera legislatura popular. Concepción era entonces presidente de la comisión de Sanidad de las Cortes Valencianas.

En un primer momento, consultado por este periódico, el responsable popular explicó que sus hijos se desvincularon de la sociedad "hacía años" cuando él comenzó "en serio" a dedicarse a la política. "Diga el registro lo que diga, mis hijos no tienen nada en Inscanner y eso se puede demostrar porque una escritura pública lo acredita".

Tras la publicación de la información, el entonces diputado ofreció una rueda de prensa en las Cortes, tras una breve visita al Palau de la Generalitat, a la que compareció acompañado por el que era jefe de prensa del entonces presidente, Eduardo Zaplana. Allí, Concepción mostró una escritura notarial que certificaba la cesión onerosa de las acciones de Inscanner, propiedad de sus hijos, en favor de Enrique López, administrador único de la sociedad. La fecha del documento era de 6 de junio de 1995, cuando el dirigente popular estaba a punto de acceder al acta de diputado. "Antes de tomar posesión vendí las acciones de mis hijos", señaló, "fue mi sentido de la ética el que me llevó a separarme completamente de esta sociedad".

La oposición invocó a la estética para reclamar la dimisión del diputado. Los socialistas, por boca de José Camarasa, mostraron sus sospechas que detrás de la cesión onerosa hubiera un "aparcamiento temporal" que requeriría la existencia de un documento con una opción de compra futura. Un escrito similar al que, según la información a la que ha accedido este diario, apelan los hijos de Concepción para volver a hacerse con las acciones de las que se desprendieron.

Desde la llegada del PP al Consell, el gasto en resonancias magnéticas ha sufrido un importante crecimiento. Eresa e Inscanner, las dos concesionarias del servicio entonces para la sanidad pública, recibieron en 1995 poco más de seis millones de euros de Sanidad, mientras que en 1999, la cantidad superaba los 15 millones. En 2000, después de negarse a comprar equipos de resonancia magnética nuclear para los principales hospitales valencianos, el Consell sacó un concurso. Eresa se quedó con Castellón y Valencia, mientras que Beanaca e Inscanner se repartieron la provincia de Alicante. Para todos ellos, Sanidad destinó 166,6 millones de euros hasta 2008. El concierto ha provocado un aumento de resonancias, de forma que, sólo en Alicante la facturación pasó de 3 millones de euros en 1999 a 4,44 millones de euros en 2001, un incremento del 48%.

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