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OPINION DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Jóvenes voluntarios

Hay muchas clases de voluntarios, pero los que yo quiero reflejar en esta carta están por encima de todos los seres humanos.

Cuando vivimos en una sociedad egoísta, jactanciosa, recelosa, desconfiada, engreída, vanidosa, cómoda, materialista, desconfiada y envidiosa, cuando sólo nos importa tener el mejor coche, la mejor casa, los mejores colegios para nuestros hijos, lucir las mejores ropas, las mejores joyas, comer en los mejores restaurantes, todo según los ingresos correspondientes claro está, nadie piensa en aquellos seres humanos que viven en otros países que han sido explotados por nuestros ascendientes, utilizándolos como esclavos, exprimiendo sus vidas y sus bienes naturales y materiales, destrozándoles los bienes de los que les había dotado la naturaleza, dejándoles en la más enorme de las miserias.

Todavía existen en el mundo personas que tienen corazón, que tienen vocación, que tienen fe en los seres humanos, que tienen sentimientos, estas personas son jóvenes con una voluntad de sacrificio fuera de lo común, puesto que no les obliga ninguna ambición económica, política ni religiosa.

Mientras millones de ciudadanos de este país se pasan el tiempo libre en los bares hablando del opio que implantó la dictadura (fútbol), otros tantos viendo los programas basuras que emiten las televisiones publicas y privadas, y el resto destrozando su joven anatomía con el alcohol y otras drogas; miles de jóvenes anónimos dedican sus vidas a cuidar niños y mayores enfermos de sida, tuberculosis, lepra, etcétera. A limpiar las playas contaminadas por la mala gestión de los que gobiernan, a trabajar en los campos y los pueblos de otros países para ayudar a salir de la pobreza a estos, a revindicar la paz ante las potencias que se dedican a destruir los pueblos para justificar los gastos en reconstruirlos, aunque las vidas humanas no se puedan reconstruir, a educar a niños huérfanos de padres y profesores a consecuencia de las guerras, a todo lo que de una forma u otra sus sentimientos les ha llevado a luchar por la vida de los desfavorecidos de este planeta.

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