La mitad de los catalanes han abandonado la dieta mediterránea pese a conocer sus virtudes
El consumo de alcohol entre los jóvenes menores de edad crece el 314% en 10 años
Los catalanes son cada vez más conscientes de las virtudes de la dieta mediterránea, pero cada vez son menos los que la siguen. Lo corrobora la última encuesta de alimentación de Cataluña, según la cual dos de cada tres catalanes conocen los beneficios de mantener una dieta equilibrada y creen hacerlo. Sin embargo, a tenor de las respuestas, los expertos consideran que sólo la mitad de los adultos y uno de cada tres niños comen según la dieta mediterránea. La mayor preocupación la generan los jóvenes, que cada vez ingieren más grasas y han disparado su consumo de alcohol.
La dieta mediterránea es la propia de los países del sur de Europa y su elevado contenido en frutas, verduras y otros productos frescos permite que quienes la siguen alcancen una esperanza de vida sensiblemente mayor a la media europea. Pero esta dieta, antaño mayoritaria entre los catalanes, está cediendo a las presiones de la comida rápida y de la falta de tiempo para cocinar. La encuesta de Sanidad, a la que respondieron 3.300 personas, muestra importantes variaciones con respecto a la realizada con parámetros similares en 1992. Según afirmó ayer el director del estudio, Lluís Serra, el seguimiento de la dieta mediterránea ha retrocedido más del 5% en este tiempo. Decenas de indicativos explican por qué.
- Menos frutas y verduras. El consumo de fruta ha bajado el 10% entre la población, descenso que en el caso de los jóvenes alcanza el 14%. El consumo de verduras, sin experimentar una caída tan importante, también registra una tendencia a la baja. "Los jóvenes comen la mitad de fruta que los que tienen 40 años, por lo que tenemos que corregir esta situación", afirmó Serra.
- El pescado, demasiado caro. Esta idea está cundiendo entre muchos catalanes, con lo que el consumo de pescado ha bajado el 15% en sólo 10 años. "Y muchas veces no es por voluntad de los consumidores, sino por la percepción de que es un producto caro y no siempre disponible", afirmó el responsable de la encuesta, quien recordó que el pescado es un elemento indisociable de la dieta mediterránea.
- Los jóvenes beben el 314% más. Y no precisamente agua. El consumo de alcohol entre los menores de edad se ha disparado el 314% respecto a la última encuesta, sobre todo entre las chicas, a las que corresponde el mayor aumento en este capítulo. Pese a estos incrementos, el consumo de alcohol disminuye entre la población. Hoy los catalanes beben el 14% menos que hace 10 años. "La población cada vez tiene más asumido que el consumo excesivo de alcohol no es bueno para la salud y tiende a moderar su ingestión", afirmó el director general de Salud Pública, Lluís Salleras.
- Zumos sin moderación. Un zumo envasado en lugar de una fruta. Esta sustitución es cada vez más frecuente entre los catalanes, y es que el consumo de estos zumos ha crecido el 93% en sólo diez años y, sin ser una noticia pésima, es algo poco recomendable. "Los zumos envasados no dejan de ser agua, algo de zumo concentrado y mucho, mucho azúcar", recordó Serra.
- El desayuno, el gran olvidado. Un café, un cruasán y a correr. El 30% de los catalanes dedica al desayuno menos de 10 minutos, lo que imposibilita tomar el pan, la leche y la fruta que los expertos recomiendan para comenzar el día. La falta de un buen desayuno también explica, en parte, que el 59% de los catalanes, cuatro veces más que hace 10 años, necesiten un tentempié a media mañana.
- El almuerzo, de menú. Comer fuera de casa, sobre todo a mediodía, es cada vez más frecuente. De cada 100 almuerzos, 28 se hacen fuera, 11 más que en 1992, por lo que los expertos recomiendan que el restaurante elegido ofrezca comida casera y no utilice muchas grasas para cocinar.
- El 'boom' del aceite de oliva. A juzgar por los datos de la encuesta, los aceites de girasol y de origen animal están quedando proscritos de las cocinas catalanas. El 99% de los catalanes sólo aliñan sus alimentos con aceite de oliva y en 10 años el consumo de aceite de oliva virgen se ha multiplicado por cuatro, algo que es muy valorado por los expertos. "La gente está tomando conciencia de que el aceite de oliva es el más sano para su alimentación y lo utilizan incluso para freír y para guisar", afirmó el director de la encuesta.
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