Más de 500 personas salen a la calle en Quart de Poblet para protestar contra el cierre de la planta de MB

Cientos de personas, más de 600 según la organización y alrededor de 400 en cifras de la policía, recorrieron ayer las calles de Quart de Poblet y Manises para protestar contra el cierre de la planta de MB en Riba-roja. La decisión fue comunicada hace ahora una semana por la dirección de la firma, filial de la multinacional estadounidense Hasbro, y supondrá el despido de 515 trabajadores. Con gritos de "No al cierre, queremos trabajar", "Dónde está, no se ve, el dinero de MB" o "Los reyes magos se van a China", la manifestación, en la que también participaron familiares de los trabajadores y vecinos, transcurrió entre los ayuntamientos de las dos poblaciones de l'Horta Sud, en las que viven una buena parte de la plantilla de la juguetera.

"Van a destrozar familias", comentaba Nuria Montañana, de 22 años. La joven, trabajadora de MB, subrayaba el gran número de familias que trabajan en la juguetera. Es el caso de César, que lleva 28 años empleado en la planta cuando no era aún MB y que tiene entre sus compañeros de trabajo a su mujer y a dos cuñadas. También el de Luz Cano y de su marido, y el de muchos otros. Los trabajadores criticaban ayer los motivos económicos esgrimidos para el cierre. "Quieren más beneficios y dónde los tienen, en Asia", explicaba uno de los manifestantes. En la manifestación participó una delegación de la ejecutiva de CC OO-PV encabezada por su secretario general, Joan Sifre, y también una representación de la dirección de UGT-PV. Al final de la protesta, la presidenta del comité de empresa de MB, Julia Sorlí (CC OO-PV) leyó un comunicado en el que pidió el apoyo de la administración. "Nuestra lucha en defensa de los puestos de trabajo acaba de empezar", aseguró. "No aceptamos su decisión, no aceptamos que nos manden al paro", resumió la responsable sindical. Con todo, las dudas sobre la posible marcha atrás del anuncio eran pocas.

Sorlí también aseguró que en la reunión mantenida por la mañana con representantes de la dirección reconocían que las razones para cerrar son las de ganar más márgenes produciendo en países asiáticos. En la reunión a la que hacía referencia la sindicalista, el comité trató de rebatir el informe que entregó a los trabajadores la semana pasada para explicar su decisión. Julia Sorlí volvió a defender que "los datos económicos no justifican la decisión de cierre" y aseguró que aunque en un principio, la empresa argumentó el anuncio en las pérdidas "luego han reconocido beneficios a nivel mundial". Con todo, aún no se ha presentado expediente de regulación de empleo y ambas partes vuelven a reunirse hoy.