Carod defiende que el bienestar es ahora prioritario sobre la lengua
Carod afirma que la política lingüística sólo ha servido para ser funcionario
El líder de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod Rovira, sostuvo ayer que a Cataluña le ha llegado la hora de dotarse de nuevos referentes nacionales. "Debe haber un cambio de prioridades, poniendo por delante que la satisfacción de las necesidades materiales es previa a toda conciencia lingüística y a toda lealtad nacional" de los ciudadanos, afirmó. Carod intervino en el Aula El PAÍS, en el ciclo La Cataluña que deseo, en el que participan todos los candidatos a la presidencia de la Generalitat.
Nada es lo que era, y la nación catalana tampoco, sostuvo ayer Carod. Los cambios sociales han llevado a que hoy, dijo, "estemos ante una nueva nación catalana cuyos referentes no pueden ser los mismos de hace cuarenta años".
El dirigente republicano no se anduvo corto a la hora de desmitificar las viejas ideas. Por ejemplo, dijo, ya no es del todo cierto el eslogan independentista que pregona que "los catalanes no somos españoles". La evolución de la sociedad catalana ha hecho, explicó, "que haya muchas personas que se sienten catalanas pero también españolas, y que para ellas lo español no sea visto como algo negativo". Porque, como es su propio caso, señaló, muchos catalanes de hoy son hijos de personas nacidas en Aragón, en Andalucía y otras partes de España.
La tarea que según Carod se impone ahora al catalanismo es sustituir un ideario nacional basado sobre todo en la lengua y la cultura por otro basado en la satisfacción de las necesidades materiales, el bienestar de las personas. "Lo que todos tenemos en común ahora es el bolsillo", dijo, y enlazó esta afirmación con la denuncia del crónico déficit fiscal catalán.
En el momento de especificar qué nuevos referentes nacionales propone su partido, Carod citó el valor ético del trabajo, un cierto respeto a la privacidad, así como a la diversidad lingüística interna de Cataluña, y la actualización de los valores republicanos clásicos (la trilogía libertad, igualdad y fraternidad; el laicismo). En el ámbito cultural, citó el retorno a una concepción nacional-popular. En la concepción de Carod, tener una lengua y una cultura propias no es suficiente para soldar una comunidad nacional, si al mismo tiempo no se garantiza el progreso socioeconómico de sus ciudadanos. Y eso no está sucediendo ahora mismo en Cataluña, aseguró, porque el Gobierno catalán es el que menos invierte en sanidad, invierte en enseñanza menos que el promedio español y ha logrado que Cataluña ya no sea el motor económico de España. 'Nosotros planteamos el acceso al país, a la catalanidad, a la nación, como un acto de libre voluntad', afirmó. En esa concepción, agregó, ser catalán no es una herencia, no depende del lugar donde se ha nacido, de la lengua que se habla o del apellido que se tiene. Si fuera así, apellidos como Milans del Bosch, puso por ejemplo, serían el súmmum de la catalanidad, y es evidente que no es el caso. Carod destacó que éste es un planteamiento que no pide a nadie que deje de ser lo que es, no pone límites a nadie. 'De la misma manera que los catalanes que fueron a México y se hicieron mexicanos nunca dejaron de ser catalanes'. La consecuencia es que 'no podemos pedir a nadie que deje de ser lo que era para ser también catalán'. Y que, por lo tanto, en el futuro Cataluña será un país en el que habrá ciudadanos que no reclamarán para sí otra adscripción nacional que la catalana junto con otros que la compartirán con otras. Eso no significa, especificó, que ERC preconice un modelo nacional en el que los catalanes sean parte de un todo compuesto también por otras partes aisladas, formadas por españoles, marroquíes, argentinos, etcétera. 'Éste no es el país que queremos', señaló, 'porque nuestro modelo es que ser catalán sea lo que todos tengamos en común'.
Esfuerzo del sector público
Lo que a juicio de Carod condiciona de manera absoluta el futuro de la sociedad catalana es que ahora no puede continuar avanzando sólo sobre sus propios esfuerzos, sino que nececesita una decidida intervención del sector público. Recordó a este efecto las estadísticas publicadas la semana pasada que muestran que la renta familiar ha crecido en el País Vasco, Navarra y Madrid y que Cataluña es la comunidad autónoma en la que más ha descendido. "No disponer de los recursos financieros adecuados significa que no podemos aplicar unas políticas de bienestar social superiores a las actuales". Precisamente, destacó, las que deberían beneficiar principalmente a los sectores sociales que tienen menos recursos.
Carod también criticó la política lingüística de los gobiernos de CiU porque su resultado ha sido según él, "hacer que la lengua catalana sólo sirva para ingresar como funcionario de la Generalitat". Han logrado que apareciera como una lengua "artificial, obligada, oficial, antipática". Le han hecho lo peor que podía pasarle, agregó, "que es politizarla".
"Creo que se ha hecho una política lingüística con poca capacidad de atracción y pocos atractivos. Arremetió en este punto incluso contra el Gobierno catalán y contra sus rivales en la carrera a la presidencia de la Generalitat, por no predicar con el ejemplo a la hora de potenciar la lengua catalana mediante su uso en situaciones socialmente relevantes. "Si en unas jornadas económicas, pongamos por ejemplo, en Sitges", dijo, "ninguna de las personas que hablan utiliza el catalán, incluidos los presidentes catalanes y algunos que aspiran a serlo, ¿qué ejemplo estamos dando?".
Despolitizar la lengua
Para que el catalán sea una lengua nacional, argumentó, debe dejar de estar politizada. "Aspiro a que hablar catalán sea hablar una lengua nacional en el sentido de que no sea de derechas ni de izquierdas". Eso supone un cambio que la haga útil, moderna, atractiva y, por lo tanto, que deje de estar asociada a una cosa anticuada, a una expresión cultural mediocre, provinciana. En la práctica, reiteró, se trata de "quitarle carga cultural y política para darle más carga social".
En respuesta a una pregunta, Carod explicó que el ataque lanzado contra su partido por el presidente de la Patronal Fomento del Trabajo Nacional y de Fecsa-Endesa, Juan Rosell, "nos ha hecho la campaña", porque ha explicado mejor que nadie que el cambio es ERC.
Con Esquerra en el gobierno pasarán ciertas cosas, dijo, que pueden preocupar a un cierto perfil de empresario crecido a las faldas del poder. Pasará que "habrá una claridad absoluta en el uso y la gestión de los recursos públicos" y que "algunas líneas de alta tensión tendrán que ser soterradas". También pasará que "aquellos que viven del negocio de una Cataluña dependiente económicamente empezarán a dejar de vivir de ello, a beneficio de la mayoría".
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