El Barça se da un respiro feliz
El Barça demostró en Mallorca que no le faltan excelentes jugadores, certeza que no parece admitir su entorno. El pesimismo se ha instalado en los alrededores del equipo, y probablemente entre los jugadores. Mientras el nuevo presidente goza de la ilimitada confianza de los aficionados, el equipo tiene que luchar contra prejuicios que vienen de lejos, muchos de ellos infundados. Es posible que al Barça le falte un claro proyecto deportivo; es seguro que tantos años de decepción han producido un hastío considerable en la hinchada; es evidente que el equipo no tiene el poder de convocatoria necesario para generar entusiasmo; es sospechoso que la nueva directiva no haya salido en amparo de la plantilla, por si tuviera un efecto contaminante en la credibilidad de Joan Laporta.
Se acepta sin más que el Barça no tiene posibilidad alguna de competir en la misma categoría que el Deportivo o el Valencia, por no hablar del Real Madrid. La realidad es diferente. El Barça tiene un jugador excepcional -Ronaldinho- y un buen numero de muy competentes futbolistas, encabezados por Kluivert, el más discutido de todos. Libra por libra, la plantilla del Barça es superior a la del Valencia y la del Deportivo. Otra cosa es que los jugadores del Barça se sientan orillados, sin el aprecio de nadie, abandonados por la directiva, la prensa y los aficionados. No es el mejor escenario para desafiar al Real Madrid, el Valencia y el Deportivo. Así que se encuentran solos. Tampoco han recibido la ayuda de su entrenador, que ha dudado demasiado en el arranque de la temporada. O ha sido demasiado sensible a las negativas opiniones que se han establecido en torno al equipo, o ha tardado demasiado en tocar las teclas adecuadas. Pero tiene buen equipo, mucho mejor de lo que se piensa del Barça.
En Mallorca ofreció por fin algunas señales optimistas. Dio las facilidades defensivas de costumbre, pero se impuso con autoridad. Fue un equipo coherente, con casi toda la gente en su sitio natural. Y se notó. El Barça necesitaba una noticia positiva, y más que nadie sus jugadores, sometidos a un linchamiento que viene de lejos. Pronto se sabrá si la victoria en Mallorca tiene un valor terapéutico o resulta anecdótica ante la indiferencia que se ha apoderado en el barcelonismo.
Mientras el Barça debate sus dudas, la Liga mantiene su perfil: tres equipos - Deportivo, Real Madrid y Valencia- se disputan el título. Detrás hay barullo y una certeza: Javier Clemente tiene las horas contadas. El desastre frente al Celta (0-4) le pasará factura.
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