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PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS 2003

Diálogo entre culturas

Felipe de Borbón elogia a todos los galardonados como ejemplo frente a la ignorancia, la oscuridad y el miedo, y celebra la vitalidad de la Constitución en su 25º aniversario

Culminan en estos emotivos y solemnes momentos muchas horas entregadas a la idea de que nuestros galardones sean foro de encuentro y de diálogo entre culturas, sueño de una humanidad más fraternal y sean también fortaleza moral para que nunca habite en nosotros lo que el poeta llamó la desierta, la infinita llanura de la ingratitud y del olvido.

Inolvidable es la obra de todos los premiados que, año tras año, nos han honrado con su presencia en este teatro; e inolvidable es también la emoción y el impulso que se experimenta al observar el mundo y nuestras propias vidas desde esta atalaya del buen hacer, del ejemplo y del compromiso que supone la obra de mujeres y hombres como los que hoy reciben nuestros galardones. Ellos son, como nos sugirió Cervantes, quienes nos enseñan el buen camino porque antes tuvieron que llorar para aprenderlo.

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España expresa su hospitalidad, su alma generosa, su admiración por la extraordinaria obra de los premiados; y ello es así porque sabe, desde el alba de su historia, que donde habita el amor por la cultura están rotas para siempre las cadenas de la ignorancia, de la oscuridad y del miedo.

Celebramos esta edición en el mismo año en que conmemoramos también el vigesimoquinto aniversario de nuestra Constitución, que nació para que España fuera un lugar entrañable para la convivencia pacífica de nuestra enriquecedora pluralidad de culturas y sentimientos, y nunca espacio para la división, la insolidaridad o la discordia.

Bajo su amparo y guía, España ha liberado lo mejor de sí misma y ha desplegado, con extraordinaria vitalidad, muchas de sus grandes posibilidades y lo más esencial de sus recursos humanos, entre los que destaca, por su importancia, la integración de la mujer en todos los ámbitos de la vida social, de los que tan injustamente había estado excluida.

Nos enorgullece ver a nuestra patria abierta y moderna, europea, situada de nuevo a la altura de su tiempo, capaz de adaptarse a los insoslayables cambios del vivir humano, de afrontar con serena fortaleza los problemas que inevitablemente irrumpen en la existencia de toda comunidad y aprovechar las oportunidades de progreso que se le ofrecen.

Nos ilusiona también contemplarla en vanguardia de la creación cultural y de la defensa de los derechos humanos, acogedora y fraterna, y reconocerla, conmovidos, como el hogar donde sentimos la cálida cercanía de la compasión y de la esperanza.

Nunca antes España ha sido más libre, más próspera, más capaz y admirada que en esta época iluminada por nuestra ley de leyes. Ha vuelto a ser ante el mundo una gran nación cuya historia es imprescindible para entender la historia de la humanidad.

Por eso, en este día tan querido para mí, quiero tener un recuerdo, impregnado de honda gratitud, para quienes hicieron posible nuestra Carta Magna y para los que sacrificada y lealmente la han desarrollado y aplicado. Para aquellos que, tras heredar una sociedad marcada por la guerra, tuvieron la nobleza de ánimo y la generosidad necesarias para hacer, de las Españas que helaban el corazón del gran poeta, la España democrática en que vivimos. Todos ellos contribuyeron con lucidez y altura de miras a esa hermosa y noble tarea de la reconciliación. Con esos mismos sentimientos recuerdo también, con especial emoción, a quienes, víctimas de la intolerancia y del terrorismo, han perdido sus vidas defendiendo su libertad y la libertad de todos.

Extracto del discurso del príncipe de Asturias.

El presidente brasileño, Lula da Silva, escucha el discurso del príncipe Felipe (a la izquierda) y J. K. Rowling habla con Miquel Barceló, en el teatro Campoamor.
El presidente brasileño, Lula da Silva, escucha el discurso del príncipe Felipe (a la izquierda) y J. K. Rowling habla con Miquel Barceló, en el teatro Campoamor.GORKA LEJARCEGI
Jean-Marie Leblanc (delante), Eddie Merckx, Federico Martín Bahamontes, Jan Jansens, Bernard Hinault, Pedro Delgado y Miguel Indurain. A la derecha, Ryszard Kapuscinski y Gustavo Gutiérrez se dan la mano.
Jean-Marie Leblanc (delante), Eddie Merckx, Federico Martín Bahamontes, Jan Jansens, Bernard Hinault, Pedro Delgado y Miguel Indurain. A la derecha, Ryszard Kapuscinski y Gustavo Gutiérrez se dan la mano.GORKA LEJARCEGI
Fátima Mernissi (a la izquierda) y Susan Sontag, durante la ceremonia de entrega de los Príncipe de Asturias.
Fátima Mernissi (a la izquierda) y Susan Sontag, durante la ceremonia de entrega de los Príncipe de Asturias.

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