Berlín admite que Alemania no crecerá este año y que el déficit superará el 4%
Eichel pide a la Comisión las mismas "concesiones" que a Francia en el Pacto de Estabilidad
Alemania sigue con el agua al cuello, y así lo tuvo que constatar ayer, una vez más, el Gobierno rojiverde en Berlín. La última revisión de las proyecciones arroja que la economía no crecerá en absoluto este año. Por ello, el Estado federal se ha visto forzado a elevar hasta 43.400 millones de euros su déficit. Esto es un máximo histórico y, junto a los desfases en los länder (Estados federados) y los ayuntamientos, supondrá un saldo negativo superior al 4% del PIB. Además, la mayor economía de la zona euro también en 2004 infringirá el Pacto de Estabilidad, que prohíbe un déficit superior al 3%. El ministro de Finanzas, Hans Eichel, pidió a la Comisión Europea "concesiones" como las otorgadas a Francia.
El anuncio de semejante desastre no cogió por sorpresa a nadie, porque desde hace meses todos los observadores independientes apuntaban a que el Gobierno tendría que revisar sustancialmente a la baja sus proyecciones macroeconómicas de la primavera pasada, cuando aún se esperaba un crecimiento del 0,75%, para este año, y del 2,0%, para el próximo. Aun así, fue un momento amargo tanto para el primero en saltar a la palestra ayer por la mañana, el ministro de Economía y Trabajo, Wolfgang Clement, como para su colega Eichel, que lo secundó poco después con la presentación de un Presupuesto suplementario.
Ya es oficial, entonces: Alemania no crecerá en absoluto en este ejercicio, con lo que completará tres ejercicios de mínimo aumento de la actividad económica. En 2001, sólo se había alcanzado un 0,8%. En 2002, el dato fue aún peor: un mísero 0,2%. Y ahora un 0% previsto para 2003. La economía apenas en estos días se está comenzando a recuperar de la leve recesión en la que entró a finales de 2002.
4,2 millones de parados
Para las cuentas públicas, ello conlleva dos grandes problemas, según volvió a explicar ayer Hans Eichel: el Estado ha ingresado mucho menos de lo que esperaba en materia de impuestos, y paralelamente se han disparado los gastos destinados a los pagos por desempleo. En la actualidad, son 4,2 millones de parados, y la tendencia es al alza. Hechas las cuentas, queda un nuevo desfase de 43.400 millones de euros. Es más del doble de los 18.900 millones previstos por Eichel y un nuevo récord en la historia de la República Federal Alemana, que relega a un segundo puesto los 40.000 millones que en 1996 tuvo que admitir el ministro socialcristiano Theo Waigel. Junto a una suma similar en länder y ayuntamientos esto supone un déficit de entre 85.000 y 90.000 millones, más del 4% del PIB.
Y las malas noticias no terminan ahí. "Lo diré sin rodeos", suspiró ayer Hans Eichel antes de admitir que también para el próximo ejercicio aún faltan 6.000 millones de euros en las arcas federales (que él pretende recaudar desprendiéndose de nuevos paquetes accionariales en los antiguos monopolios de telecomunicaciones y correos, Deutsche Telekom y Deutsche Post) y que, pase lo que pase, también el próximo año el déficit superará el 3% del PIB. Tras tres años consecutivos de estancamiento, por tanto, Alemania infringirá también por tres años consecutivos el Pacto de Estabilidad.
Si los tratados comunitarios se interpretasen al pie de la letra, esto debería acarrear al menos la amenaza de sanciones económicas por parte de la Comisión Europea. Tal y como están las cosas, sin embargo, al menos este caliz pasará de largo para Eichel. Bruselas dio a entender ayer que está dispuesta a conceder a Alemania un nuevo plazo, hasta 2005, para poner en orden sus cuentas. Similar generosidad ya había sido prometida a Francia.
Tanto Clement como Eichel insistieron ayer en que lo peor ya ha pasado y que la economía se reactivará considerablemente en 2004, hasta un crecimiento del 1,7%. Esta estimación está en línea con las de observadores independientes -el martes, los seis principales institutos de investigación económica habían dado la misma cifra-, pero no permite mayor tranquilidad. Por una parte, esta estimación debe mucho a un hecho fortuito: en 2004 habrá cuatro días laborales más que en el presente ejercicio. Por la otra, está vinculado a varios imponderables: que la recuperación de la economía internacional continúe, que el dólar se cambie en torno a los 1,15 euros y que el Gobierno logre sacar adelante su proyecto de adelantar una nueva fase de la desde hace años programada reducción del IRPF. Ésta deberá suponer un alivio fiscal adicional de 15.600 millones de euros, dinero éste que debería estimular el consumo privado.
El balón vuelve al terreno de las reformas estructurales -pensiones, sanidad, regulación laboral, subsidios públicos; con la soga al cuello, el Gobierno rojiverde está revisando todo a la vez- y su difícil proceso de concertación con la oposición democristiana, que controla la Cámara alta del Parlamento (Bundesrat).
Por otra parte, la Oficina Federal Estadística publicó ayer que los alemanes trabajan en la actualidad unas 500 horas menos al año que en la década de los setenta. La inflación se mantuvo en el 1,2% en octubre.
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