La Junta pretende implantar delegados 'verdes' en las empresas que generen riesgos ecológicos

La Junta de Andalucía pretende implantar la figura del delegado medioambiental en las empresas andaluzas cuya actividad genere riesgos para el medio natural, aunque su desarrollo dependerá de las negociaciones colectivas. Se trata de la medida más llamativa de las 265 recomendaciones que recoge la Estrategia Andaluza de Educación Ambiental, presentada ayer en Córdoba por la Consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves. El documento, en el que han participado 1.600 expertos durante dos años, pretende implicar a la sociedad en el respeto medioambiental.

El director general de Educación Ambiental, Ángel Ramírez, explicó que la concreción de la figura del delegado medioambiental dependerá de las negociaciones colectivas, ya que "la legislación laboral limita la creación de delegados". No obstante, precisó que su labor sería similar a la que realizan los delegados en prevención de riesgos laborales, es decir, informar de cualquier irregularidad que se cometa en la práctica con potestad para pedir informes a la dirección de la empresa. Este delegado también se encargaría de impartir la formación ambiental al resto de empleados.

Fuensanta Coves justificó el documento de estrategia medioambiental en que "falta cierta madurez medioambiental" en determinados colectivos entre los que citó a los propios políticos, el sector empresarial, los medios de comunicación, los sindicatos o las administraciones públicas. El documento se dirige a estos agentes, así como a las universidades, asociaciones, centros de educación ambiental y espacios naturales. La intención de la Junta es que estos sectores elaboren proyectos de educación ambiental a los que la Consejería prestará asesoramiento técnico. La Junta espera que esta adhesión sea paulatina de aquí a 2006.

En el terreno de las administraciones públicas, el documento alienta la sensibilización de los responsables políticos, así como la formación en todos los niveles de la administración. Para el sector educativo, se plantea la incorporación de temas medioambientales en todas las áreas de enseñanza. En la universidad, el documento pide la potenciación de prácticas en centros de educación ambiental o la creación de aulas de educación ambiental.

Las recomendaciones a las asociaciones pasan por incentivar el voluntariado ambiental o crear una red de colectivos que realicen actividades de educación ambiental. En el plano empresarial y sindical, además de la creación del delegado medioambiental, el documento reclama la instauración de un plan integral de formación ambiental para cada sector.

Ángel Ramírez explicó que una de las filosofías de la nueva estrategia es "entrar en temas en los que la educación ambiental ha tenido una presencia muy baja". Ramírez precisó que se ha incidido en la protección de especies, los espacios naturales y la política forestal y que ahora las políticas se encaminan a cuestiones referidas al medio de vida urbano, como el consumo energético, de agua y la movilidad. Estos temas se introducirán en los currículos educativos, según Ramírez.

Respecto al modo de vida urbano, el documento señala que el consumo de agua creció entre 1991 y 2001 un 14,9% en el medio urbano y un 8,97% en el agrícola. El incremento en el consumo energético en Andalucía se ha situado entre 1995 y 2000 por encima de la media nacional, con un 27%. La estrategia aboga por potenciar las energías renovables, ya que Andalucía importa el 90% de lo que consume. La encuesta que acompaña al documento estratégico detalla que el problema medioambiental más citado por los andaluces son los incendios forestales (un 63,5%), seguido por la contaminación en medios acuáticos (36,8%), la falta de agua (34,1%), la erosión y desertización (22,6%), la desaparición de especies (20%) y la contaminación del aire (19,7%).