"Las posibilidades de CiU se acabarían si ERC dijera que apuesta por un gobierno de izquierdas"

El candidato de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Joan Saura (Barcelona, 1950), defiende un pacto de izquierdas entre el PSC, ERC y su grupo; advierte de que sus escaños no harán presidente al socialista Pasqual Maragall sin entrar en el Gobierno, e insta a ERC a definir sus alianzas para dejar fuera de juego a CiU.

Pregunta. Los resultados de estas elecciones parecen ajustados, a tenor de los sondeos, y usted ha pedido a sus rivales que definan ya las alianzas que piensan hacer tras el 16 de noviembre. ¿Cuáles son las suyas?

Respuesta. Los sondeos indican una clara mayoría de izquierdas. Lo que está cerrado es que CiU y el PP sumen la mayoría absoluta. La incertidumbre sólo viene por la ambigüedad de las alianzas. Si ERC dijera claramente que apuesta por un gobierno de izquierdas, las posibilidades de gobernar de CiU desaparecerían. Nuestra política de alianzas es clara: queremos una que sea la suma del PSC, ERC e ICV.

P. ¿Le da miedo que la campaña se polarice, que prime el voto útil y que eso reste votos a ICV?

R. No, porque nuestro voto es útil para un gobierno de izquierdas y para hacer políticas que sólo defendemos nosotros. Los socialistas han votado una reforma de la Ley de Extranjería que recorta derechos a los inmigrantes y han dicho no al trasvase del Ebro hacia el sur, pero sí hacia Barcelona. Sólo nosotros hablamos de erradicar la pobreza y de desarrollo sostenible cuidando el medio ambiente.

P. ¿Dará sus escaños para investir a un presidente de la Generalitat, por ejemplo a Maragall, sin entrar en el Gobierno?

R. De entrada, no. Hay una mayoría social que representan el PSC, ICV y ERC, y debe haber un programa con los puntos mínimos de acción de gobierno.

P. ¿Si entran en el Gobierno, cuáles serán sus tres ejes prioritarios?

R. Queremos mayor justicia social y eso significa luchar contra la pobreza, hacer vivienda pública, dar prioridad a la escuela y a la sanidad públicas, a las guarderías y a la gente mayor. El segundo eje es hacer una Cataluña ecológicamente sostenible. Cataluña la han construido los promotores inmobiliarios y necesitamos una planificación territorial que prime los intereses generales y cambios en las políticas energéticas. El tercer eje es aumentar la calidad democrática y acabar con 23 años en que el clientelismo y las corruptelas casi siempre han estado vinculadas a alguien de CiU. Y queremos una participación activa de la gente en la política.

P. ¿Cómo logrará que los ciudadanos participen más en la política?

R. Por ejemplo, redactando el nuevo Estatut basándonos en los problemas de la gente. Queremos que se cree una comisión entre los parlamentarios y la sociedad civil para elaborar el Estatut, que haya una consulta previa antes de llevarlo al Congreso y que se incorporen temas como la siniestralidad laboral y la política de inmigración. De no ser así, existe el peligro de que sea sólo una cosa de los políticos.

P. Usted ha hecho una propuesta con gancho electoral: pagar 362 euros al mes a 750.000 catalanes que ingresan menos de 315 euros mensuales. ¿Cuánto cuesta la medida y cómo la financiará?

R. La actual renta mínima de inserción solo llega en Cataluña al 2,5% de los pobres y por eso proponemos garantizar a todo el mundo sin ingresos una renta mínima, que costaría alrededor del 4% del presupuesto de la Generalitat, es decir unos 60 millones de euros al año (10.000 millones de pesetas). Pero lo queremos hacer en cuatro años.

P. ¿Cómo pagará ese dinero, reduciendo los gastos, elevando los ingresos o con una combinación de ambas cosas?

R. Lo primero que tenemos que conocer son las cuentas de la Generalitat, y hoy es difícil conocerlas, pero creemos que hay espacio para recortar gastos innecesarios y aumentar los ingresos aplicando impuestos ecológicos.

P. ¿Cuáles son estos impuestos ecológicos?

R. Un impuesto sobre la producción de energía nuclear y otro sobre la de energías fósiles o sobre grandes empresas contaminantes. Y queremos que la capacidad fiscal que tiene Cataluña no se use para reducir los ingresos, sino para gravar más a los sectores económicamente más potentes.