101 soldados de EE UU han muerto ya en la posguerra iraquí
Tres militares fallecen en un choque con milicianos chiíes en la ciudad de Kerbala
Con los cuatro soldados norteamericanos fallecidos en las últimas horas en Irak, la cifra de muertos de Estados Unidos a manos de la resistencia alcanza los 101 desde el 1 de mayo, cuando el presidente George W. Bush anunció el final de las hostilidades. El incidente más grave ocurrió cerca de la medianoche del jueves en la ciudad santa de Kerbala, 80 kilómetros al sur de Bagdad, cuando simpatizantes de un clérigo radical chií emboscaron a una patrulla mixta.
Tres norteamericanos y dos policías iraquíes perdieron la vida y siete militares y cinco agentes resultaron heridos. Los tres soldados norteamericanos pertenecían a una unidad de la policía militar del Ejército de EE UU. Recibieron una denuncia, poco antes de las 23.30 del jueves, que les alertaba de que seguidores del clérigo chií Sayed Mahmud al Hasani -simpatizante del imam radical Murtada al Sader- se estaban concentrando armados alrededor de su casa-mezquita.
Esta semana rige un toque de queda especial en Kerbala, desde las nueve de la noche a las seis de la mañana, para evitar la repetición de los graves enfrentamientos entre grupos chiíes rivales como los ocurridos el martes. Cuando la patrulla, que se hizo acompañar de varios miembros de la nueva policía iraquí, llegó a la casa del religioso, se produjo un intercambio de disparos que duró una media hora, según los testigos. Ocho seguidores de Al Hasani perdieron la vida, aseguran fuentes próximas a este clérigo chií.
Poco después, reorganizados tras ese primer enfrentamiento, los milicianos emboscaron al convoy de la policía militar en otra calle. Lo atacaron con granadas anticarro y fusiles de asalto Kaláshnikov. El resultado fue el conocido, cinco muertos y 12 heridos. Se trata del atentado más grave contra soldados estadounidenses en Irak desde el 18 de septiembre, cuando otros tres hombres perdieron la vida en Tikrit, al norte, cerca de la aldea natal de Sadam Husein, y el más grave en la zona chií desde que finalizó la guerra, el 9 de abril. Hubo otro en junio en el que seis británicos fueron asesinados en un tumulto en la ciudad de Amara.
La versión dada ayer por un portavoz del Ejército de Estados Unidos en Bagdad es similar a lo relatado, pero no reconoce el primer choque. Afirma que la policía militar fue emboscada al dirigirse a la casa del imam Al Hasani.
Los partidarios de este clérigo sostienen que se congregaron cerca de su vivienda tras recibir noticias de que las tropas se disponían a detener a su líder. Al Hasani es un seguidor del imam Murtada al Sader, cuya milicia popular del Ejército del Mahdi se enfrentó a tiros la semana pasada en un barrio de la capital llamado Ciudad Sader (en homenaje al padre de Murtada) con una unidad estadounidense; en el choque perdieron la vida dos soldados y dos milicianos.
Pugna de poder
La situación en las ciudades santas del chiísmo iraquí, Kerbala y Nayaf, ha empeorado en los últimos días. El martes, seguidores de Al Sader trataron de tomar por la fuerza la mezquita de Husein, donde yace el nieto del Profeta, uno de los fundadores del chiísmo junto a su padre, Alí. El asunto era sobre todo económico, además de una pugna de poder: en ese templo es donde está la caja de donaciones más importante del país. Seguidores del gran ayatolá Alí al Sistaní, moderado y partidario de no oponerse, por el momento, a la ocupación, repelieron la tentativa con disparos.
La actuación de Al Sader, que no reconoce al Consejo de Gobierno Provisional nombrado por Estados Unidos, y su desafío constante a las tropas extranjeras preocupa mucho a los estadounidenses, que aún no han decidido qué hacer. Y también preocupa al mando español en Diwaniya, ciudad chií situada a 180 kilómetros al sur de la capital, donde Al Sader dispone también de numerosos partidarios entre los más desfavorecidos.
En su alocución de los viernes en la mezquita de Kufa (ciudad vecina a Nayaf), este imam radical acusó a Estados Unidos de tratar de "mancillar la reputación de su movimiento para tener una excusa" para detenerle, y dijo que los incidentes en Kerbala eran una montaje. El imam señaló en este sentido que las tropas estadounidenses "incitan al conflicto en Kerbala y en otras ciudades".
El cuarto soldado norteamericano muerto, también policía militar y que hace el número 101 desde el pasado 1 de mayo, perdió la vida ayer por la mañana en Bagdad cuando una bomba explotó al paso de su vehículo. Otros dos resultaron heridos en el mismo incidente. En Faluja, una ciudad situada a 50 kilómetros de la capital, donde los ataques y las emboscadas han sido constantes desde el final de la guerra, otros tres soldados resultaron heridos cuando una bomba explotó bajo el vehículo en el que viajaban, en pleno centro de la conflictiva localidad.
Las fuerzas de Estados Unidos en Irak reciben entre 12 y 25 ataques de media por día, la mayoría concentrados en el llamado triángulo suní (Tikrit, Bagdad y Ramadi), pero sus mandos sólo dan cuenta de aquellos en los que hay víctimas.
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