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La policía iraquí identifica a dos de los autores del asesinato de José Antonio Bernal

Los investigadores confían en que los sospechosos les conduzcan al resto del grupo

Ramón Lobo

La policía iraquí ha identificado a dos de los presuntos asesinos del funcionario español José Antonio Bernal, adscrito al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que ejercía funciones de segundo agregado de Información en la Embajada en Bagdad. Los agentes esperan capturar a los sospechosos en breve, según anunció ayer el capitán Basim Mahmud, portavoz de la comisaría. Bernal fue asesinado el 9 de octubre en la puerta de su casa, en la calle 14 Ramadán de la capital iraquí. Hasta cerrar el caso, la policía no descarta ninguna hipótesis.

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La jefatura de policía que lleva el caso "ha realizado algunos progresos", dijo ayer a la prensa el capitán Basim, que habló de un único identificado. "Nuestro jefe está planeando una acción para detener al criminal", dijo sin añadir más detalles. La policía sostiene que son tres, y no cuatro como se dijo en un principio, las personas que participaron en el asesinato.

Basim no quiso comentar si los otros están identificados, pero el capitán Baqr, un oficial a cargo de las investigaciones, mostró al enviado especial de la agencia Efe retratos-robot a lápiz de dos sospechosos. Se trata de hombres jóvenes, en la treintena y de rasgos iraquíes. Uno está dibujado con bigote, barba recortada y un turbante en la cabeza; el segundo tiene la cara afeitada.

Los retratos se realizaron a partir de las declaraciones de varios testigos, entre ellos Ahmed y Mustafá, los guardas encargados de dar protección a una escuela sudanesa que está enfrente de la casa de Bernal y que vieron el crimen sin poder hacer nada por evitarlo, al estar desarmados.

También ha contribuido una mujer que, dos días antes del asesinato, vio a Kadum, vigilante contratado por Bernal, hablando con uno de los sospechosos que se hallaba dentro de un Opel marrón idéntico al utilizado el día del crimen. Kadum, casado y con tres hijos, ha sido puesto en libertad. No hay noticias del segundo vigilante detenido hace días, Mohamed, que protegía la vivienda de otro agente del CNI.

El capitán Baqr afirma que la policía sabe dónde se encuentran los sospechosos, que están vigilados y que pueden ser detenidos en cualquier momento. Si la policía espera, es con la esperanza de que conduzcan al tercero y a otros posibles cómplices. Algunos de los vigilantes contratados por la embajada para la protección de sus instalaciones han reconocido a uno de los sospechosos en el retrato-robot, porque había estado en la legación en varias ocasiones. Bernal tenía despacho en la embajada. El dato parece confirmar la tesis de que ya se conocían, razón por la que el funcionario español abrió la puerta de la casa, recién levantado y sin portar el arma reglamentaria, a las 7.50 de la mañana del 9 de octubre.

Fuentes diplomáticas consideran precipitada la información. "Un disparate. Es impresentable soltarlo así, la investigación está aún abierta, el sumario es secreto y no está resuelto el caso, pero sí es cierto que la policía es optimista. No sabemos más". Está previsto que a partir de hoy llegue a Bagdad un equipo de expertos del CNI para sumarse a la investigación. El Ejército estadounidense lleva otra paralela, de cuyos resultados no hay noticia.

La policía no quiere hablar aún de móviles políticos. Sin embargo, otra fuente informó ayer a EL PAÍS de que el grupo involucrado en el asesinato de Bernal está compuesto por seis personas, dos de ellos hermanos, que viven en Ciudad Sadr, un barrio misérrimo de Bagdad habitado por más de un millón de personas, la mayoría chiíes. Según esta fuente, los implicados están relacionadas con el Ejército del Mahdi, la milicia armada del imán radical Murtada al Sadr, que ha pedido la salida de las tropas ocupantes y la disolución del Consejo Provisional de Gobierno nombrado por EE UU. La policía no entra a valorar la credibilidad del supuesto comunicado de un desconocido grupo chií, llamado Brigadas del Mártir del Mihrab, que el pasado martes se atribuyó el atentado.

Bernal fue asesinado cuando una persona vestida de clérigo chií llamó a su puerta. Tras un forcejeo y discusión inicial, el agente español salió a la calle y trató de escapar. Otras dos personas que esperaban en el coche dispararon dos veces, sin alcanzarle. Bernal, en una carrera de 50 metros, tropezó y cayó al suelo. Y allí le descerrajaron en la cara un tiro con una pistola de nueve milímetros, con salida por la nuca. Murió en el acto. Una de las hipótesis es que se trató de un intento de secuestro fallido.

José Antonio Bernal (en el centro), con amigos, en una fotografía tomada en Bagdad en fecha desconocida.
José Antonio Bernal (en el centro), con amigos, en una fotografía tomada en Bagdad en fecha desconocida.AP

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