Martín Villa confía en el éxito de las extracciones del 'Prestige'

El comisionado del Gobierno para la catástrofe del Prestige, Rodolfo Martín Villa, se mostró ayer abiertamente optimista ante la Comisión Constitucional del Congreso sobre la posibilidad de que sea un éxito el sistema de extracción de fuel de los restos del pecio, hundido a casi 4.000 metros de profundidad y a unos 200 kilómetros de la costa atlántica gallega. Martín Villa anunció posteriormente que dejará su cargo a finales de este mes.

El comisionado del Gobierno para paliar los daños de la catástrofe del Prestige compareció en el Congreso a petición de Convergència i Unió y del Bloque Nacionalista Galego y aportó detalles técnicos sobre la operación encargada a Repsol para extraer del barco el fuel que todavía contiene. Comenzó por levantar un dique de prudencia al decir que, "si saliera bien, quizás por aquello de que Dios escribe derecho con renglones torcidos, la catástrofe del Prestige supondría una hazaña tecnológica muy importante" para España.

El comisionado explicó que ya se ha hecho en el barco una perforación "con un diámetro de unos 70 centímetros, a la cual hay que adosar la válvula que permita la extracción y el cierre del fuel, y ya se han adosado las bolsas" que emergerán a la superficie con el combustible, para ser trasladadas luego a puerto. Ahí radica la mayor dificultad de la operación, según Martín Villa, porque son bolsas con capacidad para 250 toneladas y los trabajos se verán seriamente dificultados en cuanto haya olas de más de dos metros de altura, fenómeno que se está produciendo ya en este momento. "El éxito se conocerá en horas y dependerá de la situación meteorológica", precisó.

El comisionado aseguró que si la solución que se ensaya funciona será "en la próxima primavera cuando se harán las extracciones definitivas", quizás con bolsas más pequeñas, para que sean más seguras. A su juicio, quedan unas 14.000 toneladas de fuel y el coste de la catástrofe asciende a 700 millones de euros.

Además de informar sobre todos los trabajos que la oficina del Comisionado ha venido realizando, Martín Villa consiguió centrar buena parte de la atención de las intervenciones de los portavoces de la oposición en el abandono de sus tareas como comisionado. Al acabar su intervención, confirmó que ha transmitido al Gobierno que es "hora ya de suprimir" la figura del comisionado. A su juicio, la estructura de la oficina debe mantenerse pero lo que queda por hacer no necesita de un comisionado.

Tras su comparecencia, fue más explícito ante los periodistas y consideró muy probable que a finales de este mes se produzca su cese, en concreto por acuerdo del Consejo de Ministros previsto para el día 24.

Ignasi Guardans (CiU) le recordó durante la comparecencia la necesidad de que el Gobierno lidere las actuaciones para que cambie la legislación internacional sobre el tráfico y la seguridad marítima. Sin ello, dijo, buena parte de las disposiciones legales que ha vendido el Gobierno serán, en la práctica, papel mojado. Manuel Díaz (PSOE) preguntó insistentemente a Martín Villa el porqué de su marcha y le afeó a él y al Gobierno su actitud frente a lo mucho que queda por hacer para paliar la catástrofe ecológica causada por el Prestige.

Carlos Aymerich (BNG) no consiguió alterar el tono pausado de Martín Villa pero le enojó al decir que los gallegos no quieren "ni sentimentalismo ni solidaridad" del Gobierno central y sólo desean "justicia". También irritó a Martín Villa la mención de Aymerich a supuestas compensaciones, más o menos confesables, para Repsol por su contribución desinteresada en la extracción del fuel.