Arafat impone un ministro del Interior
El nuevo Gabinete de emergencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) celebró ayer su primera sesión oficial en Ramala, presidida por el primer ministro, Ahmed Qurei -también conocido como Abú Alá-, quien el día anterior había pactado con el presidente, Yasir Arafat, que seguiría en el puesto sólo un mes más. A la salida del encuentro, el titular de Exteriores, Nabil Shaat, contradijo a Qurei, y aseguró que el Ejecutivo interino será reforzado con el inminente nombramiento de nuevos ministros e insinuó que podría superar el mes de gestión.
Si así fuera, las palabras de Qurei deberían reinterpretarse como una presión sobre Arafat. Al igual que ocurriera con el dimitido Mahmud Abbas, Abú Mazén, Arafat sigue negándose a dar a Qurei el pleno control de los servicios de seguridad, como estipula la Hoja de Ruta (el plan de paz del Cuarteto, formado por EE UU, la UE, Rusia y la ONU). Es más, Arafat impuso ayer el nombramiento para la polémica cartera de Interior de Hakam Balawi, un veterano miembro del Consejo Central de Al Fatah (el principal órgano ejecutivo del partido que aglutina la ANP). Así, Arafat llevó a cabo su personal ajuste de cuentas con el candidato de Qurei, el general Naser Yusuf, mucho más experimentado que Balawi, pero considerado demasiado condescendiente con los israelíes por parte de Arafat y de la vieja guardia de Al Fatah.
Qurei había convocado a sus ministros para discutir los nombramientos de los altos cargos de este Gobierno de emergencia, e intentar poner fecha a las próximas elecciones legislativas, que, según la Hoja de Ruta, deberían haberse celebrado en el primer semestre del año, y que Qurei querría impulsar.
Otro de los ministros del Gabinete de crisis, Yasir Abed Rabbo, aseguró a última hora de ayer que la ANP está dispuesta a aceptar oficialmente los llamados "Acuerdos de Ginebra", una declaración elaborada por la llamada "Coalición Israelo-Palestina por la Paz", que presiden el propio Abed Rabbo y el ex ministro israelí de Justicia Yosi Beilin. La declaración ha sido fruto del trabajo de equipos mixtos encabezados por ambos dirigentes, que recientemente se reunieron para impulsar una hipótesis de acuerdo de paz que pueda superar el bloqueo que sus Gobiernos sufrieron en las rondas negociadoras de Camp David en verano de 2000, y en Taba, a principios de 2001, ya comenzada la Intifada.
Según sus promotores, estos acuerdos virtuales logrados por políticos y académicos de izquierdas han servido para demostrar que es posible alcanzar mínimos comunes en asuntos tan irresolubles como el retorno de los refugiados palestinos, la partición del territorio, los asentamientos y la capitalidad de Jerusalén.
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