Italia renuncia a plantear una solución al conflicto sobre el futuro reparto de poder en Bruselas

Italia, como presidente de turno de la Unión Europea, no presentará en el Consejo Europeo que se reunirá el próximo viernes en Bruselas ninguna propuesta para intentar resolver el conflicto planteado por España acerca del sistema de decisión en el seno de ese máximo organismo de la UE. Lo confirmó ayer en Madrid el vicepresidente del Gobierno italiano, Gianfranco Fini, quien, tras entrevistarse con el presidente José María Aznar y la ministra de Exteriores, Ana Palacio, dijo que el Gobierno español "trabaja" para que la Constitución europea se apruebe en diciembre, sin retrasos, y se mostró confiado en llegar a un arreglo. Sin embargo, habrá que profundizar "varias semanas" en el problema, según Fini, antes de considerar posibles soluciones. "No creemos que haya que dejar esto para el final, pero tampoco hay un calendario para abordar los problemas. Propondremos una solución cuando llegue el momento", dijo.

Fini, que confirmó que Italia y España siguen considerando posible el objetivo de que la nueva Carta Magna incluya una mención a las raíces "hebreas y cristianas" de la cultura europea, dijo comprender la posición "clara" sobre el reparto de votos que Aznar y Palacio le volvieron a exponer ayer "con mucha firmeza", y reconoció que la delegación española en la Convención manifestó "desde el primer momento" su disconformidad con la redacción de un capítulo institucional que no es atribuible ni a la "distracción" ni al "mal trabajo" de los delegados españoles, sino al simple hecho procedimental de que el borrador de la Convención no se votó punto por punto, pues se aprobó por consenso.

Sí se distanció el italiano de un eventual intento español de buscar la solución en un aumento del porcentaje de población necesario para hacer pasar una decisión, ya que dijo que lo importante en la UE ampliada "debe ser garantizar una mayoría decisoria y no una minoría de bloqueo".

Fini consideró, por otra parte, casi imposible que la Constitución se apruebe dejando pendiente el sistema decisorio, como se hizo con puntos de otros tratados. "Es una hipótesis que, de momento, nadie ha tomado en consideración y a la que algún Gobierno se opondría drásticamente", afirmó. También aseguró que "si no se aprueba la Constitución, el resultado será negativo para todos. No habrá vencedores ni vencidos".