El Artium apuesta por la última creación vasca con los Gure Artea

José Ramón Amondarain, Jon Mikel Euba y Pepo Salazar suponen la confirmación de la última vanguardia vasca. Los tres han obtenido los premios Gure Artea, del Gobierno vasco, y ahora el centro de arte más joven de Euskadi inaugura la exposición con sus obras. La muestra se inaugura esta tarde en Vitoria y en su posterior itinerancia saldrá, por primera vez, fuera de España, al Künstlerhaus Bethanien de Berlín.

La exposición se abre con un grupo de dibujos en pequeño formato de José Ramón Amondarain (San Sebastián, 1964). Se suceden piezas de carácter figurativo en las que ahonda en su reflexión sobre el pintor y la pintura y que preparan al espectador para los seis lienzos monumentales que aparecen al doblar la esquina.

Aquí se muestra Amondarain en su máxima expresión, entre ese eclecticismo entre la abstracción y la figuración íntima e irónica, como ese cuadro que hace referencia al propio Artium, con la pintura ampliada de uno de los taburetes diseñados expresamente para el museo. El artista donostiarra no se olvida de sus reflexiones sobre el proceso creativo con dos pinturas en las que representa una escultura previamente realizada sobre una masa de óleo (la materia prima de la pintura) en las que el realismo juega con la abstracción.

El recorrido por los Gure Artea

continúa con Pepo Salazar (Vitoria, 1972), posiblemente, el más iconoclasta de los tres ganadores del certamen. Su primera obra es un enorme luminoso, creado a partir del nombre del grupo musical Iron Maiden. Estos juegos de palabras fluorescentes dan paso a una instalación de vídeo, donde Salazar ofrece su aportación más propia, heredera del "háztelo tú mismo" posmoderno: mensajes básicos con estética punk desde una precariedad de medios voluntaria, no impuesta.

Finalmente, Jon Mikel Euba (Amorebieta, Vizcaya, 1967) ha creado para los Gure Artea un conjunto de dibujos en gran formato, una suerte de story board sobre una de sus últimas producciones videográficas, Gatika doble final. Son grandes paneles, pretendidamente realizados desde la mayor precariedad, que enlazan con una premeditada apuesta por lo espontáneo. Como sus compañeros, Euba echa mano de trabajos conocidos para presentarlos acompañados de nuevas indagaciones sobre los procesos creativos en los que andan inmersos.

El artista vizcaíno no es ajeno a los interrogantes sobre su propio entorno en esos vídeos en los que la reflexión sobre los desenlaces violentos son materia de reflexión. Así lo reflejan las capuchas de Gatika doble final o el inquietante desenlance de un automóvil en Good dog, el otro de sus vídeos presentes en la muestra. La exposición, con la que el Artium se implica en la difusión del arte contemporáneo vasco, se exhibirá hasta el próximo 18 de enero.