"Gran ampurdanés, gran catalán y gran español"

Don Juan Carlos fue el único que ayer citó a Gala, la musa y compañera del "extravagante y controvertido" artista que, recordó el Rey, "en un gesto de generosidad sin parangón" cedió todo su legado al Estado, que después decidió repartirlo entre la Fundación Dalí de Figueres y el Museo Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid. El Rey calificó a Dalí de "gran ampurdanés, gran catalán y gran español".

La ministra de Cultura, Pilar del Castillo, afirmó que Dalí había llevado el arte español a "las más altas cimas de la cultura universal". El genio figuerense, en el que según Pilar del Castillo se mezcla "lo excelente y lo terrible", fue a su juicio un personaje "apartado de la convención e inspirado por la libertad". La ministra admitió que la conmemoración del Año Dalí no pretendía "reparar un olvido", algo difícil en uno de los artistas más famosos del siglo, sino tener más presente a un creador cuya obra "impregna la vida diaria".

Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña, aludió a la "suerte" que para un país significa tener personalidades tan fuertes como Dalí. Pujol apuntó que también podría partirse de la potencia del país para explicar el surgimiento del genio, aunque aseguró que ayer "no tocaba" profundizar en esa visión. Aludiendo, sin citarlas, a las descalificaciones y reproches por haber apoyado el franquismo que recibió Dalí por parte de ciertos sectores progresistas en los años ochenta, el presidente de la Generalitat recordó que en aquellos momentos de "revisión y crítica" quiso visitar Cadaqués, en donde residía el artista, para manifestar su "respeto, admiración y reconocimiento" hacia Dalí. Pujol repitió, dirigiéndose a los miembros de la Comisión Nacional para la Conmemoración del Centenario, lo que dijo entonces: "Dentro de 100 años todo el mundo sabrá quién es Dalí y quizás no sabrán quiénes éramos muchos de nosotros". Acto seguido, y ante un sonora carcajada de los presentes, añadió: "Excepto el Rey". El monarca, a su lado, festejó la ocurrencia.

La presencia del Rey motivó una manifestación en Figueres en contra de la presencia del monarca, convocada por las juventudes de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que reunió a unas 200 personas. Un fuerte dispositivo policial impidió que la manifestación se acercara al museo.