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Guerra abierta por el poder entre Buteflika y Benflis, los dos hombres fuertes de Argelia

El enfrentamiento entre el presidente y el líder del FLN amenaza con bloquear el país

El fin de semana será agitado en Argel. Hoy se producirá un nuevo episodio de la guerra que libran el jefe del Estado, Abdelaziz Buteflika, y el líder del Frente de Liberación Nacional (FLN), Alí Benflis, cuando los partidarios de este último intenten celebrar un congreso para designarle candidato a las presidenciales del próximo abril. Aunque no lo ha anunciado oficialmente, Buteflika aspira a un segundo mandato. La pelea, a la que por ahora el Ejército asiste impasible, amenaza con provocar una parálisis institucional en un país sumido en una permanente crisis social.

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Las disputas entre Buteflika y su partido abren una grave crisis política en Argelia

La guerra empezó en marzo, cuando Benflis, secretario general del FLN, promovió un congreso de su partido para independizarse de la tutela del Estado y de Buteflika. Diez meses antes, el FLN, bajo la batuta de Benflis, había ganado holgadamente las elecciones legislativas.

Seis semanas después Buteflika reaccionó destituyendo a Benflis como primer ministro, tras largos años de colaboración en los que éste había sido su director de campaña electoral y su jefe de Gabinete. Le sustituyó Ahmed Uyahia, líder de un partido minoritario y algo artificial, el Reagrupamiento Nacional de los Independientes.

Sobre el terreno, los partidarios de Benflis y el puñado de derrotados del congreso del FLN, encabezados por el ministro de Exteriores, Abdelaziz Beljadem, llegaron con frecuencia a las manos en torno a las sedes del partido. La sangre corrió pero no hubo muertos.

Candidato a la Presidencia

Benflis acusó de este acoso violento a "círculos en el aparato del Estado", pero se mantuvo firme en sus intenciones. A principios del verano anunció que será candidato a la presidencia de la República en 2004.

Buteflika no tardó en replicar. Su nuevo jefe de Gobierno prescindió, en septiembre, de seis de los ministros adscritos al FLN. Éste, a su vez, anunció la celebración, hoy, de un congreso extraordinario en el que 1.500 compromisarios proclamarán a Benflis candidato.

El gobernador de Argel, Abdelmalek Nurani, le concedió para reunirse la sala Prestige, pero el jueves le retiró la autorización alegando que un sector del partido ha recurrido en los tribunales las decisiones del congreso de marzo que reforzaron el poder de Benflis. Said Buteflika, hermano del presidente, dio directamente, según el diario Liberté, la orden al gobernador.

Benflis no se ha dejado achantar. Esta dispuesto, según el portavoz del partido, a reunir hoy a sus delegados en la sede del FLN en Hydra, pero allí le pueden esperar sus adversarios dispuestos a impedirles el acceso. El ministro del Interior, Yazid Zerhuni, ya ha anticipado que no reconocerá las decisiones del congreso extraordinario.

La denegación de la sala Prestige suscitó una dura reacción del FLN, el jueves por la tarde. Este partido ordenó la salida del Ejecutivo de los cinco ministros con los que aún contaba y acusó a Buteflika de "atentar contra la estabilidad de las instituciones".

Los siguientes pasos podrían ser la congelación, por el Ministerio del Interior o los tribunales, de las actividades del FLN, hasta que la justicia se pronuncie sobre el recurso presentado por los derrotados del congreso. Desde el Parlamento, en el que goza de mayoría absoluta, el partido podría, a su vez, impedir a Uyahia sacar adelante cualquier proyecto de ley, empezando por los presupuestos.

El trasfondo de esta pelea es la rivalidad por el poder entre dos hombres que han trabajado juntos y que tienen orígenes parecidos. Buteflika fue, entre 1963 y 1978, ministro de Asuntos Exteriores de un Gobierno del FLN, que entonces era el partido único, y en 1999 fue respaldado por el mismo partido cuando se presentó a las elecciones presidenciales.

Aunque hasta la fecha Buteflika no se ha declarado formalmente candidato a sucederse a sí mismo, la prensa argelina da por descontado que no tardará en hacerlo. Él multiplica las alusiones. "Si Dios ve en mí al hombre que hace falta para este país, serviré a Argelia, de lo contrario no deseo salir elegido", declaró la semana pasada.

Diferencias ideológicas

Más allá de las rivalidades personales, el choque entre ambos tiene también algún tinte ideológico. Buteflika ha renegado de parte de su viejo credo y aboga ahora por la liberalización de la economía mientras que Benflis es reacio, por ejemplo, a las privatizaciones, porque teme que aumenten el paro en un país donde la juventud no encuentra trabajo.

No está claro a quién prefiere la cúpula militar, que, en última instancia, ejerce un peso decisivo en Argelia. En su día propulsó a Buteflika a la presidencia. "Un escenario catastrófico en el que el círculo presidencial desarrollaría una auténtica política de tierra quemada es posible", sostiene el politólogo Mohamed Chafik Mesbah en una entrevista con el semanario L'Express. "Si esto llegase a producirse, acompañado por choques violentos y una parálisis del sistema institucional (...), los militares serían llamados a intervenir para interrumpir, momentáneamente, el proceso electoral".

Abdelaziz Buteflika (izquierda) y Jacques Chirac, ayer en París.
Abdelaziz Buteflika (izquierda) y Jacques Chirac, ayer en París.AP

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