Los 54 millones de libros devueltos en 2002 alarman a los editores y distribuidores
El Gremio de Madrid cierra su crisis con un pacto entre los grandes grupos y los pequeños editores
Liber 2003, que se clausura mañana en Madrid, depara cada día un nuevo sobresalto. Ayer fueron los distribuidores: en 2002 se devolvieron a los editores 54 millones de ejemplares de libros no vendidos. El presidente de la Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones (FANDE), Carlos Simó, lo explicó con palabras muy claras: "Por 145.000 ejemplares vendidos se pusieron en circulación 252.000. La cantidad de devoluciones del sector del libro en los últimos tres o cuatro años ha alcanzado a la de las revistas, que siempre ha sido muy alta".
"Para nosotros los distribuidores las devoluciones se han convertido en la bestia negra", añadió Simó. Aunque quienes pagan el pato son los editores, pues los libros les son devueltos a portes pagados. Para Simó, las devoluciones no sólo son costosísimas, sino que ponen de manifiesto la corta vida del libro. "Las novedades se mueven con una rapidez vertiginosa y tienen una breve permanencia en el mercado".
En el informe Comercio interior del libro en España 2002, que elabora la Federación de Gremios de Editores de España y que fue hecho público ayer en Liber, se constata que el 76% de las editoriales federadas reconoce tener devoluciones. En las grandes empresas es del 26,6%; en las medianas, del 31,5%, y en las pequeñas, del 16,3%. "Los resultados obtenidos en esta edición [2002] superan significativamente a los de ejercicios anteriores", se afirma en el estudio. Las devoluciones del año pasado superan en 5,4 puntos a las de 2001.
Editores y distribuidores son reacios a hablar del coste económico real de este desbarajuste. "El transporte de retorno de los libros a su origen es carísimo, y quienes deberían hablar de cuánto cuesta son los editores", dijo Simó. "Como distribuidores no podemos responder, pero los 54 millones de libros devueltos suponen entre cuatro y cinco millones de kilos y cada kilo transportado cuesta entre siete y ocho pesetas... carísimo".
Simó explicó que se han celebrado ya varias reuniones entre editores, libreros y distribuidores y que éstas proseguirán en los próximos meses para intentar solucionar esta "barbaridad".
El destino de los libros devueltos a las editoriales es otra historia. Muchos se almacenan (su coste es también muy elevado), otros se envían a América Latina, muchos se saldan con el tiempo y bastantes son destruidos.
En el informe de los editores se da una cifra sensiblemente inferior a la facilitada por la Panorámica de la edición española, del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, respecto al número de títulos publicados en España en 2002: 62.337 frente a los 69.893 del ministerio.
Otra diferencia entre ambos trabajos es que en la Panorámica se destacaba que Madrid había adelantado a Cataluña en la producción de libros y, en cambio, en el de los editores se afirma que Cataluña ha facturado más en 2002 (1.426 millones de euros) que la comunidad madrileña (1.122 millones de euros).
En el mercado del bolsillo, tras el boom de 1999 (6.233 títulos), la producción ha ido bajando progresivamente hasta los 3.610 del año pasado. Por el contrario, las tiradas medias han aumentado significativamente.
La lista de datos, informes y estudios que se facilitan en Liber resulta abrumadora, pero los pasillos de esta 21ª Feria Internacional del Libro resultan tanto o más interesantes.
Por ejemplo, la crisis abierta en el Gremio de Editores de Madrid el pasado junio tras el nombramiento del presidente del Gremio de Editores de Cataluña, Josep María Puig de la Bellacasa, como cargo máximo de CEDRO, y que se saldó con varias dimisiones, ha entrado en vías de solución.
Habrá elecciones el próximo día 20 y se presenta una candidatura única, de consenso, en la que están las primeras espadas de las editoriales radicadas en Madrid. La encabeza Emiliano Martínez, presidente de Santillana, y los dos vicepresidentes son Miguel Ángel Gimeno, de la editorial jurídica Codex, y Federico Ibáñez, de Castalia. Los vocales son: Javier Cortés, director general del Grupo SM; José Manuel Gómez, presidente del Grupo Anaya; Isabel Calonge, de Gredos; Carmen Deleyto, de Ediciones Palabra y coordinadora de la Comisión de Editores del Libro Religioso; Ofelia Grande, de Siruela; Juan Martía Martínez, de Ediciones del Prado; Flora Morata, de Ediciones Morata; Antoni Rossich, consejero delegado de Espasa (Grupo Planeta); Alejandro Sierra, de Trotta; Juan González, director general de ediciones de Santillana; Pedro de Andrés, de Anaya; Ramiro Domínguez, de Silex; Joaquín Díaz, de Díaz de Santos: José María Arizcum, de Miraguano; Isabel Rodríguez, de Casariego; José María Gutiérrez, de Ediciones de la Torre; Itziar Latorre, de Nuevas Estructuras, y, como tesorero, Javier Carretero, de SM.
Hay satisfacción general porque están bien representados los grandes grupos y también los independientes.
Babelia
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