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El Pentágono vincula al capellán de Guantánamo con radicales islámicos

El capitán Yee, de 34 años y origen chino, se hizo musulmán tras la guerra del Golfo

Sobre el capellán musulmán del penal de Guantánamo pesan varias sospechas de espionaje y traición a la patria, pero la que precipitó su detención es su presunta conexión con grupos islámicos radicales en Estados Unidos. El Pentágono cree que el capitán James Yee, también conocido por su nombre musulmán, Yousef, de 34 años, se disponía a entregar a esas células extremistas los documentos secretos confiscados al detenerle en Florida el 10 de septiembre.

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Yee se encuentra ahora en una situación similar a la de los presos a los que aconsejaba en Guantánamo: no ha sido formalmente acusado y permanece incomunicado en la prisión militar Naval Consolidated Brig, en Carolina del Sur. Yee está recluido en una celda de confinamiento solitario, junto a otros dos presos de nacionalidad norteamericana acusados de complicidad con terroristas de Al Qaeda.

Llevaban varios meses vigilándolo de cerca, porque el tipo de consejos que daba a los detenidos cada vez despertaba mayores dudas; y la hermandad que parecía haber forjado con ellos trascendía la relación habitual entre un clérigo y un creyente, según fuentes allegadas a la investigación. "En algunos casos, más que consejos espirituales les entrenaba sobre cómo responder o esquivar las preguntas en los interrogatorios", señala la fuente. Le destinaron a Guantánamo en noviembre de 2002, precisamente cuando comenzaba una nueva fase estratégica cuya pieza central eran los interrogatorios. De hecho, gran parte de la información que condujo a detener a varios jefes de Al Qaeda en Pakistán procedía de presos de Guantánamo que habían "cooperado".

Simultáneamente, empezaron a investigar sus relaciones con grupos musulmanes en EE UU y, según el Pentágono, descubrieron vínculos con células radicales. El 10 de septiembre, Yee tomó el vuelo de la aerolínea Continental fletado por los militares de Guantánamo para transportar personal a la base de Jacksonville, en Florida. Llevaba una carpeta de documentos confidenciales a los que en teoría no tenía acceso, como la lista completa de los detenidos y la de sus interrogadores de la CIA, la DIA y el FBI, ésta última altamente comprometedora para la seguridad de los agentes, según las fuentes consultadas. Nada más aterrizar le interrogaron durante casi cuatro horas y después le detuvieron. La policía militar había registrado previamente su apartamento en Miami.

Yee, graduado en la academia militar de West Point en 1990, portaba también diagramas de las celdas de Guantánamo y mapas de las distintas dependencias de la base. Qué pensaba hacer con ellos, a quién se los iba a dar y con qué fin es ahora objeto de la investigación. No es casualidad que lo detuvieran el 10 de septiembre, víspera del segundo aniversario de los atentados del 11-S, con el país bajo alerta máxima. Tampoco lo es el que vigilaran sus pasos en Guantánamo, como parte de una amplia investigación de los Departamentos de Defensa y Justicia sobre capellanes musulmanes en el Ejército -Yee es uno de los 12 que hay- y las prisiones, denunciada por los grupos de derechos civiles.

Su juicio, si le llegan a encausar, no sería en los mismos tribunales en que EE UU va a juzgar a los presos de Guantánamo, sino en una corte marcial, que le otorga más derechos procesales. A diferencia de los presos talibanes, Yee cuenta con un abogado defensor y su detención no podrá ser indefinida. El código de justicia militar establece un plazo máximo de 120 días para formular cargos contra cualquier miembro de las fuerzas armadas de EE UU.

Yee nació en Springfield, Nueva Jersey, en el seno de una familia china luterana. Se convirtió al islam después de haber estado destinado en Arabia Saudí tras la guerra del Golfo. Poco después, dejó el Ejército para profundizar en sus estudios islámicos y de la lengua árabe en Siria. Allí se casó y regresó convertido en imam para reincorporarse a las fuerzas armadas de EE UU, a fines de los noventa.

El capellán James Yee, en una imagen de archivo emitida por la BBC.
El capellán James Yee, en una imagen de archivo emitida por la BBC.EFE

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