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Aznar rechaza en Londres el pacto de Blair, Chirac y Schröder sobre las reformas de la UE

El presidente se reúne con Bush mañana en Nueva York y viaja el miércoles a Florida

José María Aznar no está dispuesto a dar su brazo a torcer en la defensa de los votos en el Consejo Europeo que el Tratado de Niza otorgó a España hace tres años ni en el respeto básico a los principios del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Así se lo explicó ayer a su amigo y aliado preferente, el primer ministro británico, Tony Blair, que el sábado le dio el disgusto de pactar con sus homólogos de Francia y Alemania un planteamiento de estas cuestiones opuesto al de Aznar.

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Ni Blair ni Aznar hicieron declaraciones tras dos horas de reunión en la residencia campestre del primer ministro británico en Chequers, al norte de Londres. El jefe del Gobierno, que acudió junto con su esposa, Ana Botella, fue recibido por Tony y Cherie Blair al pie del helicóptero. Los cuatro vestían ropas informales mientras paseaban sonriendo ante las cámaras camino de la residencia. Aznar mostraba vendado el antebrazo derecho. Sufre una tendinitis causada por la práctica del deporte.

Pero las sonrisas externas debieron desaparecer cuando los dos aliados políticos abordaron la minicumbre celebrada la víspera en Berlín, a la que Aznar no fue invitado. Frente al compromiso alcanzado por Blair, Jacques Chirac y Gerhard Schröder, el jefe del Gobierno español reiteró su posición de que no aceptará que la Constitución europea introduzca la población como criterio ponderador de los votos en el Consejo de Ministros de la UE acordados en Niza. Ese cambio, propuesto por la Convención en el borrador que va a manejar la Conferencia Intergubernamental que se abrirá en Roma el 4 de octubre, reduciría dramáticamente la capacidad española para bloquear decisiones, configurando una UE muy plegada al peso de los cuatro grandes.

La misma reunión de Berlín, que según dijeron sus protagonistas ha inaugurado un formato llamado a repetirse en el futuro, apunta a una visión de Europa guiada por un modelo de directorio, antitética a la de Aznar. El presidente español ha proclamado reiteradas veces que la ampliación de la UE a 25 iba a suponer un desplazamiento de los equilibrios europeos de poder, pero Blair, que en la polémica sobre Irak aprovechó como Aznar, frente a Francia y Alemania, la tendencia proamericana de los nuevos socios del Este, se vuelve ahora hacia el eje París-Berlín.

Aznar se queda solo con Polonia a la hora de argumentar que la Convención no tenía mandato para modificar el reparto de votos de Niza. En cuanto al Pacto de Estabilidad, el otro gran tema de controversia, es más probable que el presidente español llegue a un compromiso lingüístico con Francia y Alemania, ya que él mismo ha dicho que lo importante no es tanto que, en una coyuntura económica difícil, se superen ocasionalmente los porcentajes de déficit público acordados por los Quince, como que se mantenga el respeto teórico al principio de que sin disciplina financiera no habrá crecimiento.

Mañana, en la ONU

Ni Blair ni Aznar hicieron declaraciones al acabar la reunión, llamada a compensar una eventual frustración de Aznar que él niega por ser el único líder europeo y miembro del Consejo de Seguridad de la ONU que no fue invitado a Berlín. En el tema de Irak, Aznar y Blair comprobaron que sus posiciones siguen estando más próximas entre sí que con respecto a las de los otros dos socios citados, y, en ese caso, el presidente español tendrá la posibilidad de seguir explorando posibles soluciones en Nueva York. Aznar intervendrá mañana ante la Asamblea General de la ONU y ese mismo día se entrevistará con el presidente de EE UU, George W. Bush.

Un tema destacado de la entrevista de Aznar con Bush, que el presidente comentó ayer con Blair, será su visita de la semana pasada a Muammar el Gaddafi, un encuentro que describió como "un compromiso" adquirido en el contexto de "muchas gestiones discretas" y que hay que entender como la consecuencia "de la cooperación antiterrorista" que el líder libio, buen conocedor de los medios relacionados con el terrorismo, está prestando sobre todo en el terreno de la información. Aznar se mostrará ante Bush partidario de que EE UU levante unas sanciones que dificultan la expansión de los negocios españoles en Libia.

Aznar participará hoy en Nueva York en una conferencia internacional sobre terrorismo y el miércoles viajará a Florida. Allí prolongará los contactos con las comunidades hispanas que inició en julio en California, Nuevo México y Texas. El presidente tiene previsto entrevistarse en Miami con el siempre conflictivo panorama del exilio cubano y desplazarse a la capital del Estado, Tallahasi, el jueves, para entrevistarse con el gobernador Jeb Bush, el hermano del presidente que se refirió a Aznar como "presidente de la República de España".

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