Las diferencias y similitudes entre los casos de Coín y Mijas
Los asesinatos de Rocío Wanninkhof, de 19 años, y Sonia Carabantes, de 17, cometidos con cuatro años de diferencia presentan grandes similitudes pero también enormes diferencias, que van desde la relativamente distinta mecánica del crimen hasta la forma en la que finalmente se les dio muerte. Las principales diferencias y similitudes son éstas:
- Desaparición. Ambas fueron abordadas desde vehículos por el asesino relativamente cerca de sus casas. Pero en el caso de Rocío parece que pudo acercarse voluntariamente a un coche que se aproximó a ella, mientras que Sonia fue posiblemente atropellada ante la puerta de su casa y, ya gravemente herida, fue introducida en el coche y llevada lejos de allí. Los únicos signos de defensa han sido hallados en el cuerpo de Sonia.
- La muerte. La joven de Coín, tras recibir un fuerte golpe de un vehículo, fue golpeada brutalmente y posteriormente estrangulada con su propia camiseta. Fue semienterrada con piedras inmediatamente después de muerta. En cambió, Rocío Wanninkhof fue repetidamente acuchillada a en un descampados. Luego, por el estado en que apareció el cadáver, se cree que fue escondida durante un plazo indeterminado en un punto diferente al que fue hallado. Tenía la cara desfigurada.
- Las huellas. En el caso de Wanninkhof el hallazgo de pruebas concluyentes que apuntaran al asesino sin género de dudas no se produjo, entre otras cosas porque la recogida en el lugar del enterramiento no fue cuidadosa y la escena no fue cerrada inmediatamente para impedir que se contaminase. No ocurrió igual en el caso de Coín, ya que el perímetro fue cerrado con prontitud y se hallaron múltiples indicios que apuntaban a una sola persona, aunque entonces desconocida.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.