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En Cataluña se diagnostican cada año 12.000 casos de Alzheimer

Barcelona abrirá el primer centro de atención integral de la dolencia

El Alzheimer y otras demencias del mismo grupo se están convirtiendo en un grave problema para la red sanitaria: cada año se diagnostican 12.000 casos en Cataluña y la red asistencial carece de suficientes recursos para afrontar este reto. Un nuevo centro, que entrará en servicio en 2005, integrará por primera vez en un único espacio asistencia a los enfermos, asesoramiento a las familias e investigación. El número de plazas, 357, sabe a poco a las asociaciones de familiares de enfermos, dada la magnitud del problema.

En Cataluña más de 75.000 personas sufren algún tipo de demencia, aunque el grueso de estos enfermos padecen Alzheimer. Los 12.000 casos que se diagnostican cada año confirman que se trata de un grave problema de salud que crece "de manera exponencial", según advirtió ayer Irene Rigau, consejera de Bienestar y Familia. La enfermedad, que supone un progresivo deterioro de la capacidad cognitiva, no tiene cura y requiere durante años cuidados especializados. De momento, el único tratamiento disponible es sólo paliativo. En la actualidad lo reciben 17.000 de los enfermos diagnosticados, pero el Consejo Asesor del Tratamiento Farmacológico habilitado para esta enfermedad recibe más de 400 solicitudes cada mes para que autorice la terapia.

Irene Rigau y el consejero de Sanidad, Xavier Pomés, presentaron ayer el proyecto del Instituto Sociofamiliar Alzheimer en el Parc Sanitari Pere Virgili (en el recinto del antiguo Hospital Militar de Barcelona), donde se ubicará el equipamiento, que ha de entrar en servicio a finales de 2005. Con una inversión de 8,5 millones de euros, el instituto tendrá dos edificios de una superficie total de 8.600 metros cuadrados distribuidos en tres áreas funcionales: un área residencial de 357 plazas, de las que 150 serán de carácter diurno; un área de docencia destinada a la formación de profesionales y cuidadores y al asesoramiento de familiares, y un área de investigación.

Los enfermos que acudan a este centro, cuyo mantenimiento costará 2,7 millones de euros al año, estarán agrupados en unidades de 10 personas, supervisadas por un profesional sanitario. Pomés afirmó que el proyecto "es más que una ampliación de la red de atención sociosanitaria" a los pacientes con Alzheimer. "Se trata de un salto cualitativamente diferente", dijo el consejero, tras destacar que por primera vez en España un centro integrará la dimensión sanitaria y social en el abordaje de la enfermedad, además de la investigación.

Recursos insuficientes

En la actualidad, los enfermos de Alzheimer disponen en el ámbito sanitario de 22 unidades de diagnóstico y tratamiento de la enfermedad en hospitales y fuera de ellos, y un centenar de centros de día terapéuticos. En el terreno sociosanitario, Irene Rigau destacó que las residencias y centros de día de la Generalitat ofrecen también asistencia a las personas mayores con demencias y que la atención domiciliaria alcanza al 3,7% de la población anciana con problemas de dependencia.

Estos recursos son considerados "insuficientes" por los familiares de los enfermos, especialmente porque "las horas que dedican los cuidadores a estos pacientes en su casa son muy pocas", lamentó ayer el presidente de la Federación de Asociaciones de Enfermos de Alzheimer, Jaume Solé, que recordó que la atención a estos pacientes en el domicilio recae principalmente en la familia.

Solé consideró que la creación del Instituto Sociofamiliar Alzheimer constituye "un paso importante que debería haberse realizado antes, pero que es a todas luces insuficiente", dada la elevada prevalencia de la enfermedad. "El Alzheimer crece de manera exponencial, pero las administraciones podrían hacer mucho más de lo que hacen para abordarlo", agregó Solé. Las familias también echan en falta la creación de otros centros de atención integral fuera de Barcelona, especialmente en las zonas más alejadas de la capital. Y sobre todo demandan mecanismos para que los allegados del enfermo "dispongan de ayuda" inmediatamente después del diagnóstico.

"Cuando el médico confirma la enfermedad, la familia se hunde y suele cerrarse, y sólo cuando ya no puede más se abre en busca de ayuda", dice Solé. "Mientras tanto, se ha perdido un tiempo precioso para aprender a convivir con un ser querido que día a día va degradándose", agrega.

La redacción del proyecto ha contado con el asesoramiento de la neuróloga Mercè Boada, del Servicio de Neurología del hospital del Vall d'Hebron de Barcelona y directora médica de la Fundación ACE, dedicada al diagnóstico y tratamiento de demencias. Boada considera que se trata de una apuesta " muy positiva". De las enfermedades crónicas, la demencia, en particular el Alzheimer, es la que crea más dependencia.

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