Italia se enfrenta a la quiebra de las pensiones a partir de 2008
Tremonti: "Habrá que optar entre jubilarse a los 65 años o cotizar durante 40 anualidades"
El ministro italiano de Economía, Giulio Tremonti, afirmó ayer que es necesario "un pacto entre generaciones" para elevar hasta los 65 años la edad de jubilación a partir de 2008. La alternativa a la reforma de las pensiones, según Tremonti, es "la ruptura del orden social" y la insolvencia del Estado. Actualmente, los italianos pueden convertirse en pensionistas a los 57 años, 58 en el caso de los autónomos, si han cotizado durante al menos 35 años.
Tremonti declaró, en una entrevista al Corriere della Sera, que el sistema de pensiones y asistencia sanitaria se enfrenta a una crisis en Europa. "El Estado de bienestar", explicó, "fue creado para proteger al hombre desde la cuna hasta la tumba; la crisis se debe a que funciona de un modo asimétrico: produce pocas cunas y pocas tumbas", dijo, refiriéndose a la baja natalidad y al aumento de las expectativas de vida. "Si no hacemos cambios, el pago de pensiones será insostenible entre 2008 y 2033; a partir de 2033, ya no se podrá cubrir a los jóvenes", añadió. Para Tremonti, la reforma se resume en que para jubilarse, "o 65 años de edad, o 40 de cotización".
Todos los sindicatos se opusieron inmediatamente a la propuesta de Tremonti e invocaron la validez de la reforma Dini, pactada por el anterior Gobierno de centro-izquierda. Esa reforma estableció incentivos para que los trabajadores alargaran voluntariamente su vida laboral, aplazó hasta 2010 la fijación de los 60 años como edad mínima para jubilarse y dejó para después de 2015 cambios más radicales, como el mínimo de 65 años o la creación de un sistema mixto entre las pensiones contributivas y las de capitalización.
El Gobierno de Silvio Berlusconi se planteó la posibilidad de cerrar las "ventanas" de voluntariedad de la reforma Dini y retrasar por vía administrativa decenas de miles de jubilaciones. El objetivo era reducir el gasto público en 2004, más que acometer reformas estructurales. Pero los sindicatos amenazaron con la huelga, acusando al Ministerio de Economía de querer hacer pagar a los trabajadores de más edad "dos años de mala gestión presupuestaria", y la hipótesis pareció quedar descartada. La patronal Confindustria exigió que se retrasara de forma inmediata la edad de jubilación.
En sus declaraciones de ayer, Giulio Tremonti invocó argumentos morales para justificar su proyecto, y la fecha del mismo: "Las reformas estructurales no sirven para ingresar más dinero, y eso demuestra su carácter exclusivamente moral: no se hacen por motivos partidistas, sino por el bien común". Y advirtió a la patronal que hacer las cosas demasiado deprisa sería arriesgado, porque generaría conflictividad social y problemas económicos.
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