Dos terremotos sacuden Valencia y derriban una estatua de San José de 200 kilos
El primer seísmo, de 4,3 grados, sacó a la calle a miles de personas alarmadas por el suceso
Valencia y su área metropolitana temblaron ligeramente a las 13.02 de ayer. El terremoto de magnitud 4,3 de la escala Richter, "medio", según el Centro Nacional de Información Sísmica y cuyo epicentro se situó en el mar a 34 kilómetros al este de Valencia, se dejó sentir también en Castellón, Gandia o Alcoi. Un segundo temblor, de 3,4 grados, se registró a las 22.19. Los seísmos no causaron más daños que la destrucción de una estatua de San José de 200 kilos en Valencia. Numerosos valencianos salieron a la calle tras el primer terremoto alarmados ante el temor a réplicas más fuertes.
Valencia está en un área de actividad sísmica "muy moderada", apuntó el responsable de la Unidad Sismológica de la Universidad de Alicante, José Juan Giner. El temblor más parecido al primero de los medidos ayer -en intensidad y localización- se produjo hace casi 35 años, tuvo una magnitud de 4,5 y el epicentro se situó también en el golfo de Valencia. Si bien es más frecuente que los temblores se den al sur de la provincia de Alicante, tampoco es extraordinario que alcancen a Valencia, o que sucedan seísmos como los de ayer, que Giner calificó de "anécdota" en términos geológicos.
El responsable de la unidad sismológica de Alicante explicó lo sucedido ayer como un reajuste producido por la tensión entre dos grandes placas tectónicas: la africana y la euroasiática, sobre la que se asientan los dos continentes. Del efecto entre esta tensión surgió la cordillera bética hace miles de años, una sierra viva cuyas estribaciones nororientales alcanzan la provincia de Alicante y la de Valencia, dos de las zonas con mayor riesgo sísmico de la Comunidad Valenciana. La placa africana empuja hacia el norte y la euroasiática -con una subplaca en el mar de Alborán aprisionada entre las otras dos- presiona hacia el sur. Esta tensión se acumula progresivamente hasta que la energía se libera en forma de terremoto provocado por la fricción. Como apunta Giner, es muy difícil determinar qué movimientos exactos son los que han dado lugar al seísmo, en parte por las especiales características del frente en el que se hallan y colisionan las placas, ya que "es una zona muy fracturada y carece de una frontera nítida", al contrario del lugar de encuentro de las placas del Pacífico y América, mucho más limpio, como muestra que "en zonas de California puedes poner el pie derecho en una placa y el izquierdo en otra".
El primer temblor, que fue percibido por gran parte de los vecinos de Valencia y su área metropolitana, especialmente aquellos que estaban parados y en edificios altos, lo registró el Centro Nacional de Sismología a las 13.02 a 34 kilómetros al este de Valencia. A las 10.06 se produjo un terremoto previo a 36 kilómetros al este de la ciudad, y a las 14.38, 15.23, 19.01 y 20.14 se sucedieron réplicas en la misma zona del golfo de Valencia, ninguna de los cuales fue percibida. Pero a las 22.00 se registró otro seísmo, de 3,4 grados, que notaron vecinos de Valencia, L'Horta, La Safor y La Ribera, según el Centro de Emergencias de la Generalitat.
Tras el primer temblor, las aceras de algunos edificios de oficinas y organismos oficiales se llenaron de gente alarmada ante posibles réplicas. Los servicios de bomberos recibieron más de 1.500 llamadas, en su mayoría de consulta, y apenas hubo salidas ante la falta de daños. Tampoco se registraron incidencias en servicios esenciales gestionados por Iberdrola,Enagas, Renfe o Telefónica. El temblor, en cambio, partió la cabeza y parte del tronco a una imagen de San José de la Montaña de 200 kilos en la fachada de la iglesia de su mismo nombre en Valencia.
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