Miles de personas abandonan los edificios en el centro de Valencia alarmadas por el seísmo
El Centro de Emergencias y los bomberos recibieron más de 2.500 llamadas
Miles de personas abandonaron ayer edificios oficiales y privados alarmadas por el seísmo que se produjo a las 13.02. El terremoto movió libros, teléfonos, sillas, sofás, ropa y pantallas de ordenador. En los edificios más altos y modernos se sintió un "bamboleo", que algunos afectados confundieron con un mareo. El caos inicial ante la incertidumbre por lo ocurrido se convirtió en un alud de llamadas, más de 2.500, al 112 y a los diferentes cuerpos de bomberos, para alertar o reclamar información. Sin embargo, no se registró ningún incidente de importancia ni en la capital ni en el área metropolitana.
Sorpresa, perplejidad y susto, carreras por las escaleras, incesantes llamadas por teléfono a emergencias, a compañeros, amigos y familiares. Ése era el retrato de una multitud que salió a la calle en masa desde sus hogares y los centros de trabajo, especialmente los oficiales, en la ciudad de Valencia y en municipios del área metropolitana al sentir un temblor. "¿Has notado algo? Se me mueve el sillón", dijo María González poco después de las 13.02 a sus compañeros en una sala de la Audiencia de Valencia. Instantes después eran desalojados. Pero la misma incredulidad sobre el temblor se repitió en la mayoría de sitios donde fue perceptible el seísmo. "Habéis oído como un crujir de vigas?", preguntó un profesor del edificio inteligente del campus de Burjassot de la Universidad de Valencia, a los compañeros. "No, yo sólo sé que estoy un poco mareado", contestó otro.
Cuanto más altura, más se notó el temblor. El edificio Europa, situado en la avenida de Aragón, se "bamboleó", según algunos de los trabajadores. "Se han movido las sillas, los libros, los teléfonos, bueno, y no te digo cómo vibraba el ordenador, una cosa..., ¡qué miedo!", contó Esther Valle, empleada en una de las oficinas de los últimos pisos, mientras abajo en la acera esperaba más de un centenar de personas a que se pudiera volver a entrar. Y otro centenar estaba ante el edificio de Hacienda de Barón de Cárcer, el doble ante los juzgados de la misma calle, decenas a las puertas de institutos y colegios, gente en los balcones, tratando de certificar con el vecino que efectivamente había habido un temblor. En las plantas más altas de los hospitales de Valencia, el temblor fue perfectamente percibido, especialmente en la unidad de maternidad del Hospital La Fe. Hubo gente que también abandonó los centros sanitarios, pero no se registraron situaciones de alarma. El edificio que sí fue desalojado fue el Centro de Investigación de La Fe, sin mayores consecuencias.
Entre tanto, el 112 recibió más de 1.000 llamadas, la mayoría de la ciudad de Valencia, pero también de Xirivella, Burjassot, Alboraia, Paterna, Sagunto, El Saler o Gandia. Entre el Consorcio de Bomberos y los bomberos del Ayuntamiento de Valencia, más de 1.500. "La gente quería saber qué tenía que hacer, avisó de edificios en rehabilitación, fincas con deficiencias para que tuviéramos en cuenta ir a revisarlas por si acaso", dijo un portavoz de bomberos de Valencia. Pero no se registraron incidentes; así lo afirmaron el director general de Interior, Luis Ibáñez, y el concejal de Seguridad Ciudadana de Valencia, Miquel Domínguez. Sin embargo, coincidiendo con la hora del terremoto, un tubo de desagüe cayó desde un sexto piso en una obra de rehabilitación de la calle de Visitación de Valencia. "No ha pasado nada, pero pudo haber pasado", dijo uno de los albañiles.
El movimiento sísmico se dejó notar también en La Safor, a más de 70 kilómetros de distancia de Valencia, informa Eva Batalla. El Ayuntamiento de Tavernes de La Valldigna recibió numerosas llamadas de vecinos que percibieron el temblor y se alarmaron por el movimiento del suelo, muebles y cristales de ventanas, sobre todo en la zona de la playa. En Gandia, que en los últimos años ha sufrido también varios terremotos, los efectos fueron similares. La concejal de Protección Ciudadana, Liduvina Gil, se encontraba en su despacho en el momento del temblor. Al igual que el resto de trabajadores de los departamentos de las plantas altas del edificio percibió el fenómeno. "Se movió todo y la primera reacción fue salir a la calle, pero pasó en seguida y no le dimos importancia", afirmó.
El temblor se percibió también en la capital de La Plana, especialmente en El Grao. El movimiento estuvo acompañado, en esta área, de un pequeño corte de suministro eléctrico que disparó el alumbrado de emergencia en centros comerciales y gasolineras. Cristales, lámparas y ventanas fueron los objetos a través de los que se notó el temblor. En el oeste, el movimiento se percibió en elementos más frágiles como peceras y pantallas de ordenador, informa María Fabra.
Distintos barrios de la zona norte de Alcoi notaron también las repercusiones de un leve temblor. La vibración fue más evidente en pisos altos, donde muebles y lámparas se movieron durante unos segundos, sin consecuencias, informa Lucía Gadea.
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