La Junta recurrirá todas las sentencias que le obligan a concertar enseñanzas no obligatorias

Días atrás se conoció una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que obligaba a la Junta de Andalucía a concertar varios grupos de Bachillerato en un centro religioso de Granada, concretamente el instituto Hijas de Cristo Rey. En 2000, la Consejería de Educación se negó a suscribir nuevas plazas concertadas, casi todas ellas en centros religiosos, en los tramos educativos no obligatorios de educación Infantil y Bachillerato. A partir de ahí, algunos de estos centros interpusieron denuncias ante el TSJA. Hasta el momento son ya seis las sentencias que obligan a la Junta a firmar esos conciertos a los que se negó en su momento. La Consejería de Educación asegura que se mantiene en su negativa y que recurrirá todas las sentencias.

José María Fernández, abogado de la Federación Española Religiosa de Enseñanza (FERE) y de Educación y Gestión, la patronal de los centros educativos de la iglesia católica, interpuso la demanda en nombre del centro granadino. Según Fernández, al implantarse el bachillerato definitivamente en el año 2000, por imperativo de la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE), los conciertos existentes y que se referían al BUP y al COU debían considerarse válidos y seguir, por tanto, operativos de manera automática. Sin embargo, aseguran en la FERE, la Junta se empeñó en no aceptar ese cambio y modificó de buenas a primeras esos acuerdos con estos centros concertados.

En el caso del Instituto de las Hijas de Cristo Rey, asegura Fernández, se redujo el número de centros grupos concertados a la mitad. "Habíamos solicitado que se concertaran ocho grupos y sólo se nos aceptaron cuatro". Acudieron a los tribunales y éstos le han dado la razón. Según explica Fernández, entre otras cosas, "porque la Junta no se molestó en argumentar ni ante nosotros ni ante los jueces por qué no quería renovar los conciertos". Los problemas entre ambas partes, en cualquier caso, no son estrictamente de índole económico ya que el propio Fernández reconoce que el dinero que llega a la enseñanza concertada es el mismo.

Según Manuel Alcaide, director general de Planificación y Ordenación Educativa de la Consejería, el régimen de conciertos existente en 2000 venía del año 1985. En aquel momento, la ley obligaba a concertar con los centros educativos sólo la enseñanza obligatoria, entonces sólo la Educación General Básica. "Bien es cierto que, además, nos obligaba a mantener los conciertos de enseñanza no obligatoria que estuvieran vigentes". Y, asegura Alcaide, esa ha sido la política de la Consejería de Educación hasta ahora. "Los colegios concertados que tenían acuerdos con la Junta han mantenido el convenio como tal hasta ahora, no han perdido ni un solo alumno. Hemos mantenido la continuidad del alumnado", dice el director general.

La realidad de esa explicación es que la Consejería se ha negado a concertar alrededor de 1.000 unidades de educación infantil. En cuanto al bachillerato, las cuentas de la FERE son que se solicitaron 103 grupos para concertar y sólo se aceptó en 50 casos, dejando fuera del acuerdo 53 grupos.

Alcaide, sin embargo, explica que quien tenía conciertos en BUP por dos grupos, por ejemplo, la Administración se los ha mantenido hasta el bachillerato. "Lo que no estamos dispuestos es a aumentar en estas fases educativas no obligatorias ni un solo alumno que no estuviera ya concertado desde 1985", dice.

Según el director general, concertar nuevas plazas en los tramos educativos no obligatorios supondría permitir desde la administración un trasvase de estudiantes desde la enseñanza pública a la privada, "y eso no entra en nuestros planes", concluye Alcaide, quien explica que la administración andaluza recurrirá todas y cada una de las sentencias que no le sean favorables en este sentido.

A la espera de que la nueva Ley de Calidad, que entrará en vigor el curso próximo, ofrezca un nuevo reglamento de conciertos que ponga negro sobre blanco la situación, en Andalucía tanto la Junta como los colegios religiosos se mantienen en sus trece.