Que vienen los romanos
El yacimiento arqueológico de Iruña de Oca acoge una recreación histórica de la vida en la antigua Veleia
Forzudos gladiadores de brazos tatuados pelean en mitad de la Llanada alavesa, mientras un grupo de legionarios de la última etapa del Imperio se presenta en formación, antes de que lleguen las ofrendas a Júpiter. Las escenas se vivieron ayer en la ciudad romana de Veleia, hoy Iruña de Oca, el principal yacimiento arqueológico de la época romana de la comunidad autónoma vasca. Forman parte de la segunda edición de los Ludi Veleienses, en los que se recrea la vida cotidiana de aquellos tiempos.
Los Ludi Veleienses (juegos de Veleia en latín) son la manera que ha elegido el equipo que realiza las excavaciones arqueológicas en Veleia para mostrar sus hallazgos. Lo cierto es que si un profano recorre los vestigios que quedan de esta ciudad puede caer en el desánimo ante la poca espectacularidad de lo que se ve. El de la arqueología es un trabajo que no sintoniza con la velocidad contemporánea: una investigación minuciosa y lenta, basada en la reconstrucción.
Y eso fue lo que ayer se ofreció al público que acudió hasta Iruña de Oca: la reconstrucción fidedigna de la vida en aquella ciudad romana de Veleia. El equipo de arqueólogos local contó con la ayuda de otros tres grupos que trabajan en este campo de divulgación histórica. Abrieron el programa los de Segeda, ciudad celtíbera cercana a Calatayud, que reprodujeron la vida en tiempos previos a la llegada de los romanos. Hay que recordar que Veleia se levantó sobre un antiguo poblado celtíbero.
El momento más espectacular llegó con los gladiadores del grupo Jano, procedente de Cantabria. Forzudos, ataviados con las prendas al uso, los torsos desnudos, y con las redes, espadas y escudos correspondientes, los gladiadores simularon los sangrientos enfrentamientos en los que participaban, muy lejos del pastiche de Hollywood. Como bien explicó el narrador del encuentro, las peleas de gladiadores, de antecedentes etruscos, tenían un origen ritual: la conmemoración de la muerte de una persona célebre. Vamos, que no eran como los combates de boxeo.
También se desmontaron otros tópicos: el emperador no señalaba la muerte o la vida del gladiador con el pulgar hacia abajo o hacia arriba. La vida se representaba con el puño levantado y la muerte, con el brazo estirado y la palma señalando hacia el suelo.
Después, le tocó el turno a la formación británica Roma Antiqua, procedente de Northumberland, localidad del noreste de Inglaterra cercana a la muralla de Adriano. El muro se levantó para señalar el límite del Imperio con lo desconocido, en este caso Escocia. Este grupo es uno de las pioneros en este campo de la reconstrucción histórica y cuenta con un repertorio exhaustivo de vestidos, objetos e instrumentos, réplicas fidedignas de época.
Por ejemplo, se exhibieron la aguja para curar cataratas, el variado instrumental para la extracción de flechas o un curioso llavero que llevaban las damas. La llave de su habitación (los hombres no cerraban la puerta) está acompañada de instrumentos de manicura, unas pinzas de depilar y un pequeño cuchillo para utilizar en caso de encuentros no deseados.
Los apasionados por la historia de Roma estuvieron en su salsa. Ya para concluir, salió al campo el equipo de casa, llamado Coors Prima Gallica en recuerdo a la legión que defendió Veleia en los días finales del Imperio. Su representación incluyó una descripción del vestuario de los legionarios, muy presumidos y siempre a la última moda, una exhibición de armas y una ceremonia religiosa, con una ofrenda a Júpiter políticamente correcta: unas sencillas piñas en lugar del mamífero habitual.
Los interesados pueden disfrutar hoy de la última representación. El horario es de 10 a 14 horas, en el yacimiento de Veleia, en Iruña de Oca. Se accede por el pueblo de Víllodas. Entrada libre.
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