"Una decisión equivocada, precipitada y absurda"

La decisión de obligar al Prestige herido a alejarse de las costas gallegas, en medio del temporal, el 14 de noviembre de 2001, en vez de trasladarlo a un lugar de refugio, fue "equivocada, precipitada y absurda desde el punto de vista técnico". Ésta es la principal conclusión de un extenso Libro Blanco sobre el Prestige, promovido por el PSOE, financiado por el Gobierno asturiano y elaborado por la Fundación Alternativas. En la elaboración de este texto, de más de 300 páginas, han colaborado 40 expertos de distintos campos: ingenieros de puertos, abogados y catedráticos de derecho marítimo, expertos en medio ambiente, ecologistas y marinos.

"Pudo ser simplemente un accidente y la mala gestión lo transformó en una catástrofe. No era inevitable"

"Nueve meses después de la tragedia, se puede afirmar que hoy volvería a pasar lo mismo porque no se ponen medios"

"La solución era llevarlo a refugio. Que aguantara seis días en el temporal prueba que no estaba tan dañado"

Los redactores del informe, Constantino Méndez, abogado experto en gestión pública, y Álvaro Frutos, abogado especialista en gestión de situaciones de crisis, han preguntado a expertos juristas, en medio ambiente y en técnica marítima qué les pareció la decisión de alejar el barco. Todos, basándose en argumentos distintos, coinciden en lo mismo: fue un error gravísimo. José María Pérez Vega, controlador de tráfico marítimo, como otros colegas, concluye que la solución técnicamente más adecuada hubiera sido llevar el buque a un lugar de refugio. La clave está, según los expertos, en las condiciones climatológicas y en el deterioro del barco. El tremendo temporal prácticamente garantizaba que el buque acabaría hundiéndose, aunque el Gobierno entendió, al parecer, que el fuel se solidificaría en el fondo del mar y eso le ahorraría un problema. El hecho de que el buque aguantara seis días navegando escorado en medio de enormes olas demuestra que no estaba muy dañado, y que habría podido ser trasladado sin riesgos al puerto petrolero de A Coruña no muy lejos de donde estaba cuando se decidió alejarlo de la costa. A la misma conclusión, desde otra perspectiva, llegan los expertos en medio ambiente y jurídicos, como José María Alcántara, quien concluye que "el resultado catastrófico era previsible".

El máximo responsable del estudio, Constantino Méndez, comparó ayer la decisión de alejar el buque con la que tomó el Ejecutivo de la UCD en mayo de 1976 al alejar el petrolero Monte Urquiola, que luego también se hundió. El Supremo determinó que se había tomado una opción "precipitada, desacertada, absurda y criticable". El texto parafrasea al Supremo y añade que la decisión de alejar el Prestige fue equivocada y se ha demostrado como un "gravísimo error".

Tras muchos análisis y la colaboración de todos los expertos consultados, la conclusión definitiva a la que llegan los redactores del informe es tajante: la catástrofe era evitable. Si el Gobierno hubiera actuado con diligencia, este caso se habría quedado en "el accidente del Prestige", un buque que vierte una pequeña cantidad. La mala gestión, sin embargo, lo transformó en una catástrofe. "No se pudo hacer peor", explicó Nicolás Sartorius, vicepresidente de la Fundación Alternativas.

El estancamiento de los gastos de salvamento marítimo con que cuenta España", explica el informe, "ha generado una situación de clara debilidad para hacer frente a los siniestros con gran potencialidad contaminante". En el informe se analizan los datos presupuestarios sobre las inversiones estatales en los últimos años, desde que gobierna el PP, en este sector. Y los datos dejan claro que la inversión en casi todos los aspectos se ha estancado, y en algunos se ha reducido, como el de los buques de salvamento o la inversión en capitanías marítimas y zonas de control. Respecto a los planes de futuras inversiones, que también se analiza, los redactores muestran su pesimismo: las cifras del plan 2002-2005, no modificadas pese al desastre del Prestige, demuestran que el Gobierno no considera la imperiosa necesidad de modificar la tendencia de pasividad, ineficacia y reducción de la inversión en salvamento marítimo. El informe sostiene que el Ejecutivo promueve una paulatina privatización del sistema de salvamento. Por todo ello, el informe concluye que si se produjera un accidente similar al del Prestige ahora, "volvería a pasar lo mismo", porque el Ejecutivo no ha puesto los medios para impedir que se repita una tragedia parecida.

El Gobierno, según criticó el socialista Diego López Garrido, impulsor del informe, ni siquiera ha hecho un documento parecido a éste, para analizar qué salió mal y qué se puede mejorar. Sólo ahora, 10 meses después, el Ejecutivo ha puesto en marcha un estudio de impacto ambiental del vertido. Por eso, y teniendo en cuenta que por el corredor gallego pasan al año 100.000 barcos, 40.000 de ellos con mercancías peligrosas, el informe hace una serie de recomendaciones para el futuro: sobre todo, pide al Gobierno que haga caso de lo que le dice la comunidad científica. Centenares de expertos han criticado al Ejecutivo por no escucharles. Otras recomendaciones son: definir una política marítima española, constituir una agencia española de seguridad marítima, definir de inmediato puertos y zonas de refugio y elaborar planes de protección de las áreas sensibles.