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Berlín se reafirma en que España debe parte de su crecimiento a Alemania

El Gobierno alemán reiteró ayer sus poco amistosas referencias a España al recordar que "Alemania es el mayor contribuyente de la Unión Europea" y de que de esto se beneficia sobre todo España, que "negoció muy bien" la llamada Agenda 2000 en la que se fijó el actual reparto financiero entre los Quince. "Estos hechos hablan por sí solos", afirmó en rueda de prensa el portavoz del Gobierno rojiverde, Bela Anda. Durante un debate parlamentario del miércoles pasado, el canciller alemán, Gerhard Schröder, había restado importancia al crecimiento español al señalar que éste en parte se explica por las transferencias europeas.

El recelo que despierta España no es monopolio de la coalición entre socialdemócratas y verdes, sino que se extiende a la oposición democristiana, en todo lo demás muy cercana al Gobierno de José María Aznar. Así, en vísperas de la intervención de Schröder ante el Bundestag (Cámara baja del Parlamento), también el jefe del grupo parlamentario de la Unión Cristiana Demócrata (CDU), Friedrich Merz, había dicho algo poco halagüeño. "Si el Gobierno alemán hubiese negociado con mayor dureza y más claridad sobre la Agenda 2000, no se hubiese decidido lo que allí se acordó a favor de España", sostuvo en el Parlamento.

Malos negociadores

Merz, en otras palabras, atacó a Schröder y a su ministro de Finanzas, Hans Eichel, por no haber sido intransigentes con Aznar. "El hecho de que este asunto se refiera a alguien que es más cercano a nosotros que a usted no mejora las cosas", dijo dirigiéndose a Eichel. Éste, poco antes, había advertido de que él "también puede negociar como Aznar" cuando se discuta la futura repartición financiera.

El rifirrafe tiene lugar ante los cada vez más evidentes intentos de Alemania y Francia de pasar por alto el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que ambos países infringirán en este ejercicio con un déficit público superior al 3% del producto interior bruto (PIB). España, con un Presupuesto saneado, es partidaria de cumplir a rajatabla.

También en Alemania hay quien piensa de esta manera. Ayer fue el Bundesbank quien instó a Berlín a garantizar que al menos en 2004 no se supere el listón del déficit. Esta postura del otrora poderosísimo Bundesbank coincide con la del Banco Central Europeo (BCE), cuyo economista jefe, el alemán Ottmar Issing, igualmente se ha pronunciado en este sentido.

En opinión de Issing, no vale recalcar que el pacto no es sólo de "estabilidad", sino también de "crecimiento", como gusta hacer Schröder, y ayer volvió a hacer su portavoz, Bela Anda. "Fue llamado así porque una sólida política fiscal, es decir, la aplicación de las reglas del pacto, promueve el crecimiento. Relacionar ahora el pacto con la idea de que un déficit superior podría hacer aumentar el crecimiento, es completamente contrario a su filosofía", sostuvo en una entrevista.

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