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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El viajero impenitente

Poeta, dramaturgo, satírico y periodista, Heinrich Heine denunció los absurdos políticos y sociales de la Restauración. 'Cuadros de viaje' recoge sus crónicas desde Italia y Alemania.

Heinrich Heine (1797-1856) fue un verdadero revolucionario que nunca cesó de denunciar los absurdos sociales y políticos de la agitada época en que le tocó vivir: el periodo posnapoleónico de la "Restauración", cuando Alemania se transformó en un Estado policial donde cualquier atisbo de liberalismo se perseguía con ensañamiento. Enfant terrible y autor controvertido de las letras alemanas, poeta, dramaturgo, satírico, periodista e intelectual comprometido -en el mejor sentido del concepto-, Heine, que además era judío, tuvo serios problemas con la censura debido a la mayor parte de sus mordaces escritos, pues con ellos arremetía sin piedad contra la injusticia, la moral hipócrita y la religión; pero, sobre todo, atacaba en general a un sistema represivo, retrógrado y cruel que ignoraba los nuevos derechos humanos atisbados en toda Europa a raíz de la sangrienta Revolución Francesa.

CUADROS DE VIAJE

Heinrich Heine

Traducción de Isabel G. Adánez

Gredos. Madrid, 2003

519 páginas. 31,25 euros

Los Cuadros de viaje, publicados por entregas y en varios tomos entre los años 1826 y 1831, en modo alguno se ciñen al relato clásico de viajes, tan de moda a mediados del siglo XIX. El original autor deleitaba a los lectores provocándolos al presentarles el paisaje interior de su propia alma en vez de las descripciones pormenorizadas de ciudades o monumentos, que sólo aparecían de manera secundaria y anecdótica como el marco donde daba rienda suelta a sus ocurrencias, a veces incluso en forma de poemas. El viajero impenitente, el observador nato que fue Heine prescindía de repetir con más o menos matices las sartas de datos e indicaciones que ya contemplaban las guías turísticas. "Mi corazón es el mejor Cicerone", escribía, "y allá donde voy me cuenta las historias que han pasado en las casas y, a excepción de los nombres y las fechas, me lo cuenta todo con bastante exactitud". Es, pues, la pincelada personal, la impresión que le causa un ambiente, el juego asociativo psicológico lo que hace de los lugares que visitó espacios privilegiados e inspiradores de la expresión del yo. El lector se enfrenta, pues, a un batiburrillo de recuerdos, anécdotas, descripciones y retratos que el viajero teje al hilo de sus desplazamientos y que, a la vez que proporcionan el fresco de una intimidad única, presentan también el panorama social de toda una época. La sátira ocupa un lugar privilegiado en estos escritos casi de juventud; Heine los compuso cuando apenas terminaba de doctorarse en Derecho, por lo que abundan las arremetidas contra el mundo universitario y su entorno: un microcosmos formado por profesores, pedantes, leguleyos y toda clase de fariseos, personajes que tanto contribuyeron a mantener un ambiente social de asfixiante pacatería.

Esta preciosa edición, de la cuidada Biblioteca Universal Gredos, recoge sólo algunas de las crónicas inspiradas por los viajes a través de Alemania e Italia. Entre las primeras se haya el célebre 'Viaje por el Harz', con las deliciosas (y lamentablemente breves) impresiones en el mirador de la cima del Brocken; también el singular 'Libro Le Grand', donde Heine recuerda su infancia en Düsseldorf y rememora la época de la ocupación francesa y sus impresiones acerca de aquel coloso que fue Napoleón Bonaparte. En cuanto al periplo italiano, 'El viaje de Múnich a Génova' es un verdadero alarde de apreciaciones ingeniosas, tal como los otros dos cuadros que recoge el volumen: 'Los balnearios de Lucca' y 'La ciudad de Lucca'.

La traducción es excelente: el difícil lenguaje de Heine, directo, sincero, profusamente timbrado de ironía, jocoso y pícaro o desbordante de lirismo, entraña dificultades que Isabel García Adánez ha sabido superar con maestría; también las notas aclaratorias son oportunas e ilustrativas. Tal como el magnífico poema Alemania. Un cuento de invierno (traducido recientemente por Jesús Munárriz en Hiperión) o la estupenda edición de Relatos (de Ana Pérez y Carlos Fortea en Cátedra), estos Cuadros de viaje contribuirán gratamente a la difusión actualizada de un autor tan unido a su época y a la vez tan actual, que se denominó a sí mismo un "valiente soldado en la guerra de liberación de la humanidad".

El poeta alemán Heinrich Heine (1797-1856).
El poeta alemán Heinrich Heine (1797-1856).EFE

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