Israel intenta asesinar a un líder político de Hamás y mata a uno de sus hijos
El Ejército irrumpe en varias ciudades de Cisjordania en represalia por los atentados del martes
En una clara acción de represalia por los dos atentados terroristas del martes, el Ejército israelí intentó asesinar ayer a otro de los miembros de la dirección política del movimiento islamista radical Hamás, Mahmud a Zahar. De la misma forma que hace unos días, en el ataque perpetrado contra la vida del líder espiritual de Hamás, el jeque Ahmed Yasín, un cazabombardero F-16 lanzó un misil aire-tierra contra su vivienda familiar, situada en el barrio de Rimal, en Gaza. A Zahar era hasta ahora el único portavoz de la rama política de Hamás -recién incluida en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea- que no había sido objeto de una operación de este tipo. Ariel Sharon suspendió su viaje en India.
Según fuentes sanitarias palestinas, la fuerte explosión mató a tres personas, entre ellas un hijo de A Zahar y a uno de sus escoltas, mientras que él resultaba levemente herido. Su mujer, en cambio, resultaba gravemente herida, mientras que otra veintena de personas -entre vecinos y transeúntes- lo eran de diversa consideración, por lo que fueron evacuados al cercano hospital de Shifa.
Como suele ocurrir en la franja de Gaza en estas ocasiones, una muchedumbre, formada mayoritariamente por jóvenes y niños, se acercó de forma inmediata y hasta cierto punto temeraria al lugar de los hechos, dada la posibilidad de que se produjeran nuevas explosiones. La zona fue acordonada más tarde por las fuerzas de seguridad palestinas.
Las Brigadas Izzadin al Qassam, la milicia clandestina de Hamás, emitieron un comunicado prometiendo venganza por este nuevo asesinato selectivo. "Tomar a civiles como objetivos supone una violación de las reglas del juego, por lo que el enemigo tendrá que asumir la responsabilidad de que nosotros ataquemos cualquier hogar situado en la Palestina ocupada", señaló el comunicado, añadiendo una nueva amenaza difusa contra la seguridad personal de los ciudadanos israelíes.
Por otro lado, varias unidades del Ejército israelí tomaron el control de la localidad cisjordana de Rantis, de la que supuestamente partieron los dos kamikazes que el día anterior se inmolaron junto a una base militar de Rishon Letzion y dentro de un concurrido café de Jerusalén Oeste, matando a 15 personas e hiriendo a medio centenar. Las tropas israelíes arrestaron a 20 lugareños, entre ellos los padres de los suicidas, que tenían 20 y 24 años, respectivamente. Según la oficina del portavoz militar, la incursión tuvo como objetivo desarticular la trama que hizo posible los atentados y prevenir otros posteriores.
También como reacción a los ataques terroristas del día anterior, las Fuerzas Armadas israelíes penetraron ayer por la tarde en el centro de la ciudad de Ramala, tomando posiciones en la plaza de Al Manara y en la mezquita de Abdel Naser. Los soldados realizaron algunos registros y practicaron detenciones, entre ellas la de un activista que fue excarcelado durante la pasada tregua del 29 de junio, que formaría presuntamente parte de la mencionada trama.
Los habitantes de Ramala temen que esta escaramuza no sea más que el primer paso dentro de una operación más compleja, encaminada a aislar a Yasir Arafat dentro de la Mukata (sede de la Presidencia palestina), o bien a expulsarle por la fuerza de los territorios.
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