El PSOE propone un tope del 7% para el crecimiento del gasto farmacéutico

Frente a las medidas para controlar el incremento del gasto farmacéutico del Ministerio de Sanidad (nuevo sistema de cálculo de precios de referencia, incluir en él a todos los medicamento de más de diez años), el PSOE ha preparado un plan estratégico para el sector con el fin de limitar el aumento al 7% (la subida del PIB nominal más un punto) en vez del 11% en que está ahora. El documento, al que ha tenido acceso EL PAÍS, incluye limitar la promoción de los nuevos fármacos a tres meses y extender el sistema de visado de recetas por un organismo de inspección.

"Los sucesivos anuncios de Sanidad para el control del gasto farmacéutico no son más que parches. Por eso nosotros hemos decidido elaborar un Plan Estratégico que dé estabilidad al sector y permita ahorrar 3.000 millones en cinco años", afirmó la secretaria de políticas sociales del PSOE, Consuelo Rumí. Este plan parte de una premisa: "El fracaso de las estrategias del Gobierno, responsable de que la factura farmacéutica haya aumentado desde 1996 más de un 60%, de los 5.062 millones de 1996 a los 8.500 con que acabará el año".

Entre las causas de este aumento, el PSOE apunta el "estrepitoso fracaso" del pacto de Sanidad con la patronal Farmaindustria, que preveía un crecimiento del gasto del 9,5%, y la "non nata política de precios de referencia que la ministra Ana Pastor pretende desarrollar desde hace meses".

Los principales puntos del Plan se exponen a continuación.

- Inversión. La aportación de "todos los actores" debe permitir duplicar la cantidad destinada a investigación. Estos fondos salen ahora de las aportaciones de la industria (102 millones al año) y las farmacias (284 millones). El PSOE pretende invertir esta proporción, reduciendo la aportación de las farmacias (cuyo esfuerzo es "injustamente superior") y aumentando la de los laboratorios.

- Promoción. Además de limitar el tiempo de promoción de los medicamentos a tres meses, proponen prohibir todo tipo de incentivos destinados a los médicos como viajes o regalos salvo los congresos debidamente acreditados.

- Formación continua. La formación de los médicos sobre nuevos fármacos queda en manos de las autoridades, con la elaboración de planes de formación anuales que se financiarán con parte de lo que se ahorrarán los laboratorios en publicidad más una dotación a cargo del Estado. Se creará una red de centros de información sobre el medicamento, con participación de las administraciones y los colegios profesionales.

- Precios de referencia. Además de profundizar en los precios de referencia y el uso de genéricos, el PSOE propone la prescripción por principio activo, es decir, que la receta indique el nombre de la molécula con propiedades terapéuticas y que el farmacéutico dé la más barata.

- Productos milagro. El PSOE propone crear un programa anual de inspección y control para los llamados productos milagro y la venta de medicamentos por Internet.

- Visados. El Consejo Interterritorial impulsará el visado de recetas (revisión por un organismo de inspección) cuando existan alternativas más baratas al mismo tratamiento.

Las propuestas de Sanidad han recibido otras críticas. Para el director de la patronal de fabricantes de genéricos, José Zamarriego, la rebaja del precio de referencia de algunas especialidades supone vender por debajo del coste. Además, para el cálculo de los nuevos precios de referencia se han tenido en cuenta laboratorios que apenas cubren el 1% del mercado, lo que puede llevar a un desabastecimiento.

En la misma línea, el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, indicó que aunque ellos apoyan el sistema de precios de referencia, debe existir un genérico para aplicarlo. "¿Con qué se va a comparar para establecer el nuevo precio si no?", preguntó. Arnés coincidió con Zamarriego en que había riesgo de desabastecimiento y de que hubiera laboratorios que vendieran a pérdida, lo que desalentaría la inversión.

El presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, Marciano Sánchez Bayle, opinó que el Ministerio tenía que haber ido más lejos, y fijar como precio de referencia el más barato. "Si los productos son equivalentes, no hay por qué pagar uno más caro", añadió.