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Un juez prohíbe a la Marina de EE UU el uso de un sonar en zonas balleneras

En respuesta a una demanda presentada por grupos ecologistas en 2002, una juez de San Francisco limitó el martes el uso en tiempos de paz del nuevo sistema de sonar que la Marina de EE UU pretendía probar en el 80% del espacio marítimo mundial. Según el fallo, las pruebas no podrán hacerse en áreas de migración, alumbramiento y alimentación de ballenas, delfines y otras criaturas marinas, cuyos sistemas de orientación sean sensibles a las ondas emitidas por los sonares. La sentencia obliga a militares y ecologistas a "negociar" y presentar en octubre un plan con las condiciones permanentes de uso de esta tecnología.

Para la juez, el sonar de baja frecuencia LFA, un sistema destinado a detectar submarinos, puede "dañar irreparablemente" a los cetáceos. La Marina

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de EE UU, dice el fallo, ignoró "arbitraria y caprichosamente" un estudio de la Agencia Británica de Defensa, que alerta sobre estos riesgos.

"Es un avance", afirmó Erica Urquiola, de la Sociedad Española de Cetáceos. Pero rechazó que la medida tenga efectos benéficos directos en Canarias, donde 14 cetáceos murieron en Fuerteventura en 2002, en coincidencia con maniobras militares, y supuestamente debido a los sonares. "Los equipos usados eran diferentes, de media y alta frecuencia", precisó la experta.

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