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LA POSGUERRA DE IRAK

Blair presionó a los expertos para resaltar la amenaza nuclear iraquí

Un ex jefe del espionaje británico dice que las armas eran sólo la excusa

No pasa un día sin que aparezcan nuevas revelaciones en la investigación sobre la muerte del científico británico David Kelly, y cada vez más apuntan al primer ministro, Tony Blair. Algunos documentos que el juez Brian Hutton ha permitido publicar demuestran que Blair y su director de Comunicación, Alastair Campbell, presionaron a los expertos para que la amenaza nuclear iraquí pareciera más creíble.

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Ayer no hubo audiencia en la investigación del caso Kelly porque era día festivo en el Reino Unido. Ese descanso del calendario, sin embargo, no impidió la aparición de nuevos datos que ponen una vez más al primer ministro, Tony Blair, en un aprieto, a la espera de su comparecencia el próximo jueves ante el juez Hutton.

El 17 de septiembre de 2002, una semana antes de la publicación del informe de Defensa sobre el arsenal iraquí, Alastair Campbell, el director de Comunicación de Blair, envió un mensaje al presidente de la comisión encargada de redactar el documento. "El primer ministro está preocupado por la forma con que presentan el tema nuclear... ¿podríamos reconsiderar los plazos en meses?", escribió. Y al día siguiente, en otro mensaje dirigido a la misma persona, reconoció las presiones ejercidas por Downing Street: "Disculpe por bombardearle sobre este punto, pero me temo que el tema del nuclear se esté convirtiendo en central". El 19 de septiembre, Campbell envió otro correo electrónico donde reconocía que Sadam necesitaría cinco años para producir un arma nuclear, pero insistía en que "este plazo podría ser reducido en caso de que se procurase material fisible en el extranjero" y proponía la siguiente conclusión: "Podrían (los iraquíes) producir armas nucleares en un plazo de uno o dos años". Esta fórmula apareció en el informe definitivo publicado el 24 de septiembre.

Estas revelaciones ponen al primer ministro y su Gabinete en una posición delicada, ya que siempre han negado toda intervención en la redacción del documento, supuestamente el fruto del trabajo independiente de los expertos. Además, la divulgación de los mensajes refuerza la tesis del periodista de la BBC, Andrew Gilligan, que aseguró en el programa Today, sobre la base del testimonio del doctor Kelly, que el Gobierno había presionado para hacer el informe "más sexy", lo que desató la polémica que acabó con la muerte en circunstancias oscuras del científico.

Blair tendrá que declarar sobre este punto el próximo jueves y también explicar por qué el Gobierno no ha entregado a la comisión de investigación uno de los borradores del informe.

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Las cerca de 9.000 páginas de documentos divulgados por lord Hutton en su afán de protagonizar un juicio ejemplar por su transparencia se están convirtiendo en una verdadera bomba. En una carta del pasado 2 de julio, sir John Walker, un ex director de los servicios de espionaje de Defensa, sugirió que el argumento de las armas de destrucción masiva "no era la razón, sino la excusa para ir a la guerra". Walker, en referencia a la afirmación de que Sadam Husein pudiera lanzar un ataque con armas biológicas en menos de 45 minutos, afirmaba: "No puedo entender que una información sobre la cual se basa una decisión tan importante (declarar la guerra) se base en una sola fuente. Me parece inconcebible e inaceptable".

El dato de los 45 minutos aparece una vez más cuestionado en las notas del interrogatorio de Kelly por la Comisión de Inteligencia de las Comunes 24 horas antes de su muerte. El científico, uno de los mayores expertos británicos en el arsenal iraquí, afirmó en su comparecencia que "no podía relacionar el dato con cualquier sistema de armas iraquí que conociera".

A la espera de las declaraciones ante la comisión de investigación de Tony Blair y de su ministro de Defensa, Geoff Hoon, ya aparecen voces que anuncian su próxima renuncia. Fabian Hamilton, un diputado laborista, afirmó ayer a la BBC que Hoon podría verse forzado a la dimisión como "chivo expiatorio". Otro diputado del partido del primer ministro, Jeremy Corbyn, comparó el caso Kelly con el caso Watergate, que forzó la dimisión del presidente estadounidense Richard Nixon en 1974.

La cara oculta de la BBC

El director de información de la BBC contempló el traslado de Andrew Gilligan para apaciguar las críticas del ministro de Defensa británico, Geoff Hoon. En una carta al ministro divulgada por el juez Hutton el pasado fin de semana, el jefe de Gilligan, Richard Sambrook, lejos de apoyar a su reportero, afirmaba que era "un periodista atípico" y que la radio pública "estaba pensando en una ocupación apropiada para el", lo que significaba su relevo del programa estrella Today. El director de información contestaba a las críticas de Hoon que había tachado a Gilligan de periodista de prensa amarilla. Los documentos hechos públicos también revelan que mientras la dirección de la BBC apoyaba oficialmente al periodista, en privado afirmaban que había sido "ingenuo" por no haber anticipado la reacción del Gobierno y buscado otra fuente para confirmar su historia.

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