El paseo por Burgos de un dinosaurio

Los dinosaurios que poblaron hace entre 120 y 140 millones de años la zona de Sala de los Infantes, en el sureste de Burgos, llevan dos años consecutivos dando alegrías a los expertos que los estudian, con hallazgos de fósiles y huellas probablemente únicos en el mundo. Este año el yacimiento de Costaloma ha sorprendido a los miembros del equipo investigador. Allí se han encontrado huellas de un terópodo, un dinosaurio carnívoro de gran tamaño. A falta de un estudio más a fondo, todo apunta a que se trata de uno de los dinosaurios más grandes del mundo de los que se ha encontrado algún rastro.

Este ejemplar ya tiene nombre. Se llama Atila. La reconstrucción a partir de sus huellas, de 74 centímetros de longitud, en las que se aprecian claramente unas grandes garras, describe a un dinosaurio con tres metros de altura sólo hasta la cadera. Fidel Torcida, director del museo de Salas de los Infantes, que sirve como centro de operaciones al equipo investigador, concreta aún más y estima que este carnívoro, que debió tener un aspecto temible, midió al menos 10 metros y tuvo un peso superior a las tres toneladas.

Las huellas tienen, además, una peculiaridad común a otros yacimientos del entorno. En lugar de ser huecos en la roca sobresalen en relieve unos 10 centímetros del suelo. Aunque los expertos tampoco tienen una versión única sobre las causas de este fenómeno, coinciden en señalar que el relieve es material de sedimento. Torcida asegura que éste es uno de los principales riesgos de este yacimiento: "Cualquier persona podría llevarse una huella creyendo que es parte de un dinosaurio", se teme.

De hecho, para el próximo año estudian elaborar algún proyecto de protección de una parte de los yacimientos. Un área mínima, dado que sólo con el 20% de los terrenos de la zona prospectados ya se han identificado 60 yacimientos de diferente extensión.

El colectivo arqueológico de Salas de los Infantes y el propio director del museo de esta localidad planean además la construcción de un edificio en el yacimiento de Costaloma y el vallado de los 600 metros cuadrados que ocupa. Sería la primera instalación de estas características en España y permitiría su apertura a visitas durante épocas determinadas. La protección se extendería a otro yacimiento, el de La Pedraja, en Mambrillas de Lara, que tiene una superficie menor, de sólo 150 metros cuadrados. En este caso, el problema es que se localiza en una roca muy frágil que se está disgregando, por lo que urge tomar medidas.

Sin embargo, no son éstos los yacimientos estrella. El más fructífero hasta ahora desde el punto de vista científico es el de La Revilla. Los hallazgos de huesos fósiles en 2002 todavía están en estudio, pero hay algunas conclusiones llamativas. Corresponden a más de un individuo de la familia de los rebaquisaurios, grandes dinosaurios herbívoros de los que hasta ahora sólo habían aparecido vestigios en África y América del sur. Los expertos apuntan que los restos de vértebras y costillas dorsales, varias vértebras caudales y un fémur no corresponden a un único ejemplar.

Se trabaja sobre la hipótesis de que este dinosaurio pueda corresponder a una especie diferente y más antigua, aunque dentro de la misma familia, de los localizados hasta ahora en el hemisferio sur. En el mismo yacimiento se han encontrado también vértebras y dientes de un espinosaurio carnívoro, y restos de fémur y vértebras de un ornitópodo.

Los últimos hallazgos confirman a los yacimientos de la zona de Salas de los Infantes entre los más importantes del mundo. De hecho, mientras la Administración comienza a dar algunos pasos tibios para su protección, expertos de varias universidades y algunos de los estudiosos de dinosaurios más prestigiosos del mundo han colaborado y colaboran ya en estos trabajos. Junto a los 28 estudiantes de varias universidades españolas trabajan 10 miembros del colectivo arqueológico de Salas de los Infantes y expertos de prestigio como Angel Arriner, del British Museum; Natalie Bardet, del Museo de Historia Natural de París, y Leonardo Salgado, especializado en rebaquisaurios.