La ola de calor reducirá la producción de vino, pero mejorará su calidad

La vendimia se inicia estos días tras la ola de calor con excelentes perspectivas. Las altas temperaturas han mermado la cantidad de uva, pero a cambio van a provocar una mejora de la calidad del vino. En Francia se espera el vino más excelente desde 1947, mientras que en España la previsión es que la producción caiga un 10%, pero que la calidad de la cosecha sea muy buena, similar a la de 1995. El sector vinícola emplea a más de 2,5 millones de personas en Europa. Francia, Italia y España son los principales productores.

La mejor cosecha desde el mítico verano de 1947. Así de eufóricos se encuentran los productores franceses respecto de la vendimia de este año, una temporada de la que se esperan los vinos de mayor calidad en 50 años.

En Alemania se habla del mejor vino en décadas. Allí "las uvas lucen hermosas, gruesas y redondas" y posibilitarán un vino dulce y de excelente aroma. Mientras tanto, en España, productores de la Rioja, Valladolid y Barcelona están expectantes y aguardan una muy buena cosecha, similar a la de 1995. En Italia advierten de que mejorarán considerablemente la desastrosa cosecha del año pasado, cuando la producción cayó un 16%.

¿Por qué tantas expectativas? Paradójicamente la ola de calor que dejó miles de muertos en todo el continente es la principal responsable de estas excepcionales condiciones vinícolas. Un calor "infernal" de 40 grados que adelantó la maduración de la uva europea en más de diez días y le otorgó condiciones "excepcionales" para producir vino, según Jesús Acasuso, técnico de UGT y uno de los coordinadores de la campaña española en la vendimia francesa.

Fraçoise Brugiere, de la Oficina Nacional Interprofesional del Vino en Francia, explica que la combinación de extremo calor y baja humedad produce en las uvas una mayor cantidad de gradación alcohólica -para este año se esperan unos inusuales 14 grados- y más azúcar, mezcla ideal para los buenos mostos.

Pero mientras se produce esa mejora de la calidad, la producción se estanca. Informes del Ministerio de Agricultura francés cifran la recolección de 2003 en 53,6 millones de hectolitros, sólo un 3% superior al año pasado. En España la caída será del 10%, según la Unión de Pequeños Agricultores (UPA).

Europa es el primer mercado vinícola mundial con el 45% de la superficie del planeta, el 57% del consumo y el 70% de las exportaciones. Además, Francia, Italia y España son los tres principales productores mundiales con 125 millones de hectolitros, más de la mitad de todo lo que se produce anualmente en el mundo. No obstante, el sector vinícola europeo no pasa por su mejor momento, debido a una excesiva oferta, un euro sólido, el descenso de los pedidos de Estados Unidos, caídas históricas en las cosechas, como la ocurrida en Italia el año pasado, y la fuerte irrupción de productores emergentes como Argentina, Australia, Sudáfrica y Chile.

Tanto los productores de vinos como las autoridades del continente, ven con muy buenos ojos el desarrollo de esta cosecha que podría hacer olvidar el irregular 2002. El vino, por sí solo, representa el 65% de las exportaciones agroalimentarias francesas, por un valor de 5.000 millones de euros al año. En España, el sector emplea a 18.000 personas directamente y a un total de 400.000 en su producción.

Pero no todo es felicidad para la vendimia europea. Según advierte Felipe Nalda, enólogo de Bodegas La Riojana, la posibilidad de que fuertes lluvias descarguen sobre la cosecha antes de que ésta concluya sería nefasto, ya que harían perder casi toda la cosecha en muchos lugares, donde la maduración ha sido más temprana. Éste es el caso de casi toda Francia, y Cataluña y La Rioja en España.

Otro elemento en contra del vino europeo son los temores de una caída en el consumo interno, que acapara casi el 60% de la producción, debido a que la canícula lleva a ingerir bebidas frías y no vinos en muchas zonas del continente.