_
_
_
_

"De las aguas surgió el nuevo Bilbao", dice el ex alcalde José Luis Robles

Iker Seisdedos

José Luis Robles (1927) era alcalde de Bilbao durante las inundaciones de 1983. Vivió en primera línea la catástrofe más importante que se recuerda en la Villa. En los viejos periódicos se le puede ver vestido con botas de agua, abriéndose paso con gesto enérgico a través del barro en los días siguientes al diluvio.

Recuerda que en aquel fin de semana "trágico" se mezclaron en su ánimo la "tristeza y el deseo de un futuro mejor". Cuando comenzó a caer el diluvio se encontraba en una corrida de toros de la Aste Nagusia acompañado por un concejal. "Partimos inmediatamente hacia el Ayuntamiento y de allí ya no salimos en tres noches", relata. Trabajó en la organización de las tareas de salvamento desde el consistorio con el resto de los ediles. Destaca la solidaridad que existió entre todas las fuerzas políticas. "Se acabó el blanco y el negro y entonces hubo todos los colores".

A través de las ventanas del Ayuntamiento, con vistas directas a la tragedia, vio pasar por la Ría encabritada troncos, contenedores, tanques de gas y hasta un imponente barco: el Consulado de Bilbao, cuyas amarras se soltaron a causa de la fuerza del agua y se hundió horas después. Cuando cesó al fin la lluvia, comenzó el recuento de los destrozos y la reconstrucción.

Le quedaron grabadas especialmente sus visitas a La Peña -"había un cúmulo de coches destrozados unos encima de otros"- o El Peñascal, "una zona tristemente pobre", que quedó literalmente arrasada bajo un alud de piedras caídas de una cantera cercana. En aquellas horas tristes, a Robles le sorprendió la actitud de los vecinos, que reaccionaron de un modo "positivo, nada crispado". Todos colaboraron, "hacían sus propuestas, eran creativos". La radio también realizó un servicio admirable, recuerda el ex alcalde. "Sirvió para hacer llegar a a la gente mensajes de emergencia".

De todo aquello Robles saca, no obstante, una conclusión positiva: Las riadas de 1983 marcaron el nacimiento del "nuevo Bilbao", el del Guggenheim y Abandoibarra. "Fue el inicio de una recuperación que era necesaria", sobre todo, en zonas degradadas durante décadas como El Peñascal, "donde se había construido muy mal". "No hay más que ver que ahora están mucho mejor".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_