El juez de las tablas de la ley
El presidente del Tribunal Supremo de Alabama se niega a retirar un monumento a los Diez Mandamientos
Roy Moore, presidente del Tribunal Supremo de Alabama, se ha convertido en un ídolo para los fundamentalistas cristianos estadounidenses. Moore se opone a retirar un monumento a los Diez Mandamientos de Moisés que él mismo hizo instalar en agosto de 2001 frente a la sede del poder judicial en Montgomery, la capital del Estado.
Un juez federal ha ordenado que los 2.500 kilos de granito sean colocados en un lugar menos público, y los otros ocho jueces del Supremo de Alabama, respaldados por el fiscal general, quieren acabar también con los Mandamientos de Moore. Pero Ray Moore no cede, pese a que, desde ayer, sufrirá una multa diaria de 5.000 dólares por desacato. "No puedo ir contra Dios", afirmó ayer.
El juez Moore, miembro del Partido Republicano, fue elegido presidente del Tribunal Supremo de Alabama en 2000, tras una campaña en la que se definió a sí mismo como "el juez de los Diez Mandamientos". En cuanto ocupó la magistratura, encargó la construcción del monumento sin consultar a los otros ocho miembros del tribunal.
El bloque de piedra fue conflictivo desde el primer día. Numerosas asociaciones religiosas y de derechos civiles exigieron su retirada con el argumento de que vinculaba la Administración de Justicia a un Dios concreto, el judeocristiano.
El proceso legal culminó la semana pasada, cuando el juez federal Myron Thompson ordenó que el monumento fuera trasladado a otro lugar, incluso dentro del propio edificio, antes del miércoles a medianoche. Un recurso de Moore ante el Supremo de Washington fue rechazado. Los demás miembros del Supremo de Alabama emitieron el jueves un comunicado en el que expresaban su decisión de acatar la orden. Moore, rodeado por cientos de fundamentalistas cristianos que le vitoreaban y que organizaban vigilias junto a las tablas de la ley, prometió mantener en su lugar el bloque de granito. "Nunca negaré el Dios de quien dependen nuestras leyes", afirmó. "No puedo pasar por encima de mi conciencia".
Según Moore, que pensaba ganar tiempo apelando al Tribunal de Jueces, una institución dedicada a sentenciar sobre problemas éticos, declaró que la orden del juez Thompson no era legítima: "El juez Thompson se ha situado por encima de la ley y por encima del propio Dios". Y añadió un argumento paradójico, dado que era esgrimido por la máxima autoridad judicial de Alabama: "Si el imperio de la ley significara que hay que cumplir cualquier orden de un juez, aún tendríamos esclavitud en este país, y la Declaración de Independencia sería un documento sin valor", explicó.
Varias organizaciones de derechos civiles compararon a Moore con George Wallace, el gobernador que en los sesenta desafió las órdenes de los tribunales federales para mantener la segregación racial; él, sin embargo, se comparó con Martin Luther King: "Como él, lucho por los derechos del pueblo de Alabama y de todos los habitantes de esta nación".
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