La imagen de este país
He leído con mucho interés la carta del don Constantino Romero García (EL PAÍS, 17 de agosto) que con el título Querida Iberia ha traído a mi corazón ecos de sentimientos parecidos. El 12 de agosto del pasado año, mi esposa no pudo realizar su vuelo Málaga-Madrid con Iberia por algún fallo técnico en el avión.
Esto le hizo retrasar su vuelo Madrid-Amsterdam-Osaka con KLM hasta el día siguiente, con unos gastos que, siguiendo las indicaciones de la oficina de Iberia en Málaga, detallé a la Unidad de Relaciones Clientes en Madrid: 100 euros a KLM por el cambio de billete, y 17 euros por el taxi al aeropuerto. Hasta el día de hoy no hemos recibido ni una línea de disculpa o explicación sobre su política -si es que la hay- de no indemnizar por situaciones que, aunque totalmente ajenas al cliente, le ocasionan un perjuicio.
Una línea aérea nacional es uno de los espejos que reflejan la imagen de este país: "Iberia, Líneas Aéreas de España" y una corona en su logotipo. No sé hasta qué punto el capital de Iberia es privado, pero sí desearía que esos símbolos se reservaran para empresas con más dignidad.
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