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Tinto de verano | GENTE
Columna
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Del género tonto

Elvira Lindo

A mí antes las señoras esas que nadan en la piscina sin meter la cabeza para que no se les estropee el peinado me parecían unas horteras, lo digo aquí y lo he dicho en muchos foros aun a riesgo de perder lectoras. Una vez di una conferencia en una Asociación de Mujeres de Móstoles y lo solté y se hizo un silencio tan sepulcral que me dije a mí misma, qué buena oportunidad he perdido de estarme callada, porque fijándome luego, tenían todas unas caras de no meter la cabeza en el agua que te cagas. Pero como soy una mujer sin principios (sin principios fijos), he cambiado, me he vuelto de las que no mete la cabeza en el agua así me maten. No es por conservar el cardado, la razón para que yo no meta la cabeza, es que no se me estropee el kit manos libres. Yo me pongo el kit dentro de una gorra que me regalaron por la compra de diez exfoliantes de La Praire (qué sencilla) y hablo y nado en un estado zen que se me van las horas sin sentir. A mi santo le digo que estoy escuchando a Brahms porque con esto de que tenemos bienes gananciales se cree en el derecho de opinar sobre mis gastos. Somos una pareja sólida pero hay momentos, confieso, en que me arrepiento de lo de los gananciales. Bien, pues estaba en el agua cuando me sonó el kit manos libres. Le he puesto de musiquilla la Danza Húngara, de Brahms, para que cuando mienta a mi santo no me sienta tan culpable. Y quién era, la tía que ganó el concurso de poesía Aires Serranos, que es presidenta de la Asociación de Mujeres Serranas 2020. Dijo que si quería hacer algo por mi género y dar una charla como escritora y como mujer. De momento no supe de qué género me hablaba. Del género tonto, pensé, porque es el género que he inventado yo a nivel periodístico (no lo digo yo, lo dice mucha gente). La cosa era dar una charla desde la mujer (yo) para la mujer (Serranas 2020). Decidí documentarme, pero con este calor se te quitan las ganas de documentarte y me tiré en el sofá todo lo corta que soy y acabé viendo un documental sobre mujeres al borde de la menopausia y me dije: temazo. El documental era superalentador porque te decía que tienes que prepararte para vivir la menopausia como una etapa especialmente creativa, que a pesar de los sudores nocturnos que te provocan insomnio, de los sudores diurnos que conllevan angustia vital, de cinco kilos más en el buche, de la sequedad vaginal que impide relaciones sexuales satisfactorias, de la piel ajada, de la mala hostia, del vello que ¡al fin! desaparece de las piernas pero te sale en la cara, que a pesar de todo eso, ¿por qué no ser aún más felices que antes? Puedes ayudarte, decía el documental, con somníferos, pastillas para sofocos, lubricante vaginal, cremas hidratantes, antidepresivos para la mala hostia, láser para el vello facial, una dieta rigurosa, ejercicio diario y dos horas a la semana de ayuda psicológica. Realmente, yo eché cuentas y vivir intensamente tu menopausia te sale por unas quinientas mil pesetas al mes (de las de antes). Dirán que soy una enferma del consumismo, pero me entraron de pronto unas ganas horribles de vivir mi menopausia. Y eso es lo que intento transmitir a esas compañeras de género que quieren escuchar a la escritora pero también a la mujer.

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Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

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